Un día como hoy se fundó la sociedad secreta de la Trinitaria por nuestro patricio Juan Pablo Duarte, quien ideó a la República Dominicana como patria libre de toda potencia extranjera. Me viene a la mente ese imperfecto hombre, más que humano, quien más ha hecho por nuestra paz y prosperidad. ¡Hace falta!
Hablo de Rafael Leonidas Trujillo Molina. Su figura polariza. Mas a mi se me aguan los ojos cuando leo el panegírico del Dr. Joaquin Antonio Balaguer Ricardo, que no dejo de revisar periódicamente desde que era un adolescente que leía su libro, “La palabra encadenada”, en el cual está contenido.
Balaguer dijo que todos sabemos que con este muerto glorioso perdemos al mejor guardián de la paz pública y al mejor defensor de la seguridad y el reposos de los hogares dominicanos. ¿No le ha dado la razón la historia? Hoy día, los hogares dominicanos no tienen ni paz ni seguridad.
Observo la evidencia, testimonios incluidos, y es imposible negar que la seguridad y el reposo no era para los antitrujillistas, muchos sinceros. Otros no tanto. Pero, los sinceros querían una dictadura de corte estalinista y no veo como eso iba a hacer progresar al país en materia de derechos humanos .
Yo quiero trabajar con todo el mundo en la política, pero veo el calamitoso estado de la nación dominicana, y no puedo evitar decir que Trujillo hace falta. Es mi opinión. No viví la Era, pero si vivo en el postrujillato y no estoy satisfecho. ¡Yo quiero poder dormir con la puerta abierta!
¿Qué problema podía haber yo tenido con Trujillo? Yo añoro la paz de Trujillo, y yo creo que yo puedo. ¡Yo le hubiese servido como colaborador, de el haberse fijado en mis méritos, con mucho entusiasmo y leal sinceridad!
Hubo quienes quemaron su palmita, una vez muerto Trujillo, y es cierto que el cometió errores. El jefe no manejo bien el “cambio generacional” que aconteció en nuestro país y que instrumentalizaron los comunistas no-libertarios para sus fines espurios. El jefe debió haberse empezado a retirar luego de su magistral discurso de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, en el cual expuso los logros de 25 años de gobierno.
Y es cierto que a veces la maquinaria propagandística exageraba los logros del gobierno, cosa que todavía sucede, pero yo sigo viendo una moneda nacional propia más fuerte que el dólar, paz social para los que no atentaran contra el regimen, orden migratorio y muchos logros de toda indole.
No quiero con este artículo, una opinión, que algunas personas de relevancia en la vida pública me cierren las puertas. Pero yo soy honesto, y lo digo responsablemente: creo que hace falta un Trujillo.
Según mis ingresos, se supone que yo soy clase media dominicana. ¡A mí eso me parece un mal chiste! ¡Y uno de muy mal gusto! Por eso creo que añoro tanto al jefe hoy…Con él, la clase media dominicana no tenía porqué vivir como un perro callejero. Podían caminar en paz por las frescas noches caribeñas los hombres de trabajo.
Hay Trujillistas que aspiramos a volver al poder hoy. No todos militan, todavía, en el Partido Esperanza Democrática, que condena toda doctrina totalitaria y el extremismo, como hace este humilde servidor de este pueblo a quien sirve a pesar de que a veces, como el mismo Balaguer, aborrece el medio en el que le tocó nacer.
Como Director Global de Asuntos Jurídicos de la Juventud PED, meditaba ayer sobre mis responsabilidades ante la a todas luces inminente Reforma Fiscal. Parte de mis responsabilidades es asesorar a la Secretaría de la Juventud del Partido Esperanza Democrática en matería jurídica. Suena complicado, pero yo diría que mi principal responsabilidad es asegurarme que sea justa, haciendo buen uso de la autoridad que este pueblo -que me permite servirle- me otorga vía sus otros representantes vía nuestro contrato social. Esa es la principal tarea de los abogados: asegurarse que haya justicia, velar por que haya justicia.
Hoy, día tan importante en la historia de la República Dominicana, pido justicia para nuestros antepasados, nuestra historia, nuestra clase media, nuestra clase baja, y nuestro porvenir así como el de las futuras generaciones. Para ello es menester el trato desapasionado y desinteresado de la figura de Rafael Leonidas Trujillo Molina porque con él éramos un país funcional y soberano, condición que hemos perdido…
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