Entre la espada de lo posible y la pared de lo
ideal.
“El falso optimismo tarde o
temprano significa desilusión, odio y desesperanza” -Abraham Maslow
La tribu y el individuo.
Pienso que hay a quienes puede
parecer extraño mi uso de la palabra “tribu” para referirme a nuestra sociedad.
Creo que es un uso válido. Después de todo, en algunos sentidos no hemos
cambiado tanto.
He tenido un acercamiento, a mi
juicio breve, al indigenismo de nuestros días. En principio, creo que pesaban
dos factores. El primero es mi sangre indigena, pues tengo una tatarabuela
indigena de Colombia. El segundo era mi deseo de encontrar un tema que pueda
unir a la derecha y a la izquierda, pues quiero que mi discurso político no sea
exclusivo al uno y al otro. Con eso no quiero pintarme de “posideologico”. No
lo soy. Pero si creo importante la gobernabilidad mediante consenso pragmático
en pos del bien común. Por eso creo que se puede ser de centroizquierda y
gobernar desde la centroderecha. No todos estamos en el mismo escalón de la
evolución de la conciencia humana. Todo a su tiempo.
Pero, volviendo al tema, tuve un
breve acercamiento al indigenismo que aun deseo continuar. He aprendido ahí la
importancia de hablar las cosas, del no aislamiento del individuo. Como dicen
algunos, “hace falta un pueblo para criar a un niño”.
Entonces, por un lado, están los
derechos individuales. Está el hombre “superior” por encima de la manada. Todo
muy válido. Pero también, es cierto que en ocasiones “dos cabezas piensan mejor
que uno”. Reitero, ¡solo en ocasiones!. Pero algunas de esas ocasiones pueden
salvar la vida.
Estoy tomando un seminario en
CLACSO sobre las protestas. Se abunda mucho sobre el comportamiento colectivo.
Entiendo que todos los seres del reino animal se comportan diferente cuando
están solos con respecto a cuando están en grupo. Necesitamos de la sociedad.
¡Miren a la condenada de Poitiers! En el 2017, un equipo de una universidad
canadiense descubrió que tan solo unas horas de aislamiento produce altos
niveles de ansiedad, percepción distorsionada del tiempo y hasta insanidad. ¡No
es bueno que el hombre esté solo! ¡Está hasta en la Biblia, en su primer libro:
la importancia de la compañía!
Pero, también, siendo la Biblia un
libro que retrata la universalidad de la experiencia humana, tenemos la otra
cara de la moneda. Tenemos a Noé. Dicho de otro modo, no es bueno que el hombre
esté solo pero también es posible que a veces todos menos uno estén
equivocados.
A mi humilde opinion,
¿Se consulta todo
con todo el mundo? Entiendo que no. Hay gente negativa. Pero eso se trabaja.
¿Llega a viejo el que se lleve de
consejo? Muchas veces. A veces no. Reitero, de lo primero hay muchos ejemplos.
Para lo segundo, esta Noé.
¿Qué hacer si se consulta y no hay
consenso en la sociedad? Pues ahí el individuo tendrá que ejercer lo más
soberanamente posible su libre albedrío mediante el empleo de su juicio
crítico
¿Sabe la sociedad lo que me hará
feliz? Pues entiendo que si y no. Es el consenso de la sociedad como la
Iglesia: la verdad coexiste con deformaciones históricas fruto de las
tradiciones de hombres falibles.
¿Una sociedad más sana, asesora
mejor? Si, debemos sanar nuestra sociedad. Basta con decir que botamos comida
en un mundo con hambre. Algunos dirán lo contrario promueve la vagancia. Pero
las sociedades donde los estados más ayudan a sus ciudadanos son aquellas con
menos desempleo. Está el ejemplo de Países Bajos.
¿Que debemos hacer entonces? He
dicho que nuestro mejor amigo somos nosotros mismos. Creo que a veces es
cierto. Solo a veces. Entonces, hay que saber lo que se quiere y cómo
conseguirlo.
¿Que pensaran los ancianos de la
tribu de este escrito? No lo sé, pero me interesa y lo valoro. Y no creo que
los ancianos sean infalibles. Pero si creo que, al menos algunos, son muy
sabios.
La opinión de la sociedad es
importante, pero no es lo único. No es infalible, pero puede salvar vidas.
Decía Bosch que ningún hombre es superior al pueblo que lo ve nacer. ¿Es
cierto? No lo se. Pero si se que mientras haya problemas colectivos se
necesitarán soluciones colectivas.
En las competencias de toda índole:
alguien queda en primer lugar, otro queda en segundo, otro en tercero y así
sucesivamente. Hay quienes creen que el trabajo es más importante que el
talento. Ahora, mi pregunta es, ¿porque no son todos los que se trazan metas
para superarse? ¿Por qué no todos concursan? Hay muchos factores, pero tenemos
libre albedrío. Y creo que al momento de ejercer el libre albedrío hay
decisiones mejores que otras. Algunos pueden diferir. Pero todos queremos
básicamente lo mismo: comida, techo, dinero, amor, respeto, y autorrealización.
¡En la vida se pueden tomar malas decisiones!
Pero siempre que digo eso, me
rechina en la mente algo certero: a veces el individuo no tiene la
responsabilidad total de sus penurias. ¡Trabajemos como sociedad para eliminar
todas las trabas que nos impiden nuestro bien! ¡Pero la iniciativa individual
es sagrada!
Al final del dia,
Un obeso seguira obeso y el otro tomará la
decision de buscar una solución. Claro, tal vez uno lo tenga más fácil que el
otro. Pero tal vez no.
Una persona con carencia buscará la manera
de salir hacia adelante y la otra no. Teniendo en cuenta, claro, que en
una sociedad de alta movilidad social como los E.E.U.U lo normal es subir o
bajar tan solo dos escalones de posicionamiento social. La clase media-media
puede llegar a alta-baja y caer en baja-alta. En R.D. es diferente. Tenemos
menos movilidad social. Es un tema complejo. Hay mil factores en esta
situación. El trabajo es importante, pero no basta en ocasiones.
La sociedad condiciona. La cultura que
heredamos condiciona. El estado influye. Siempre hay al menos una pequeña pizca
de libertad que nos puede traer consecuencias tanto positivas como negativas.
Pero tampoco, cuando vemos la inequidad social en R.D. que es digna de
denuncia, podemos ignorar que el pobre no es totalmente responsable de su
condición.
Dicen algunos hinduistas que en el mundo
la mitad son buenos y la mitad son malos.
Dicen otros estudiosos que de cada 100
personas, 20 son genios y solo una minoría de estos se desarrolla a
plenitud.
¡Tal vez estén llenos de plum’ e’ burro!
¿Qué creen uds?
¿Vivimos hoy una crisis de valores?
¿Vivimos hoy una crisis de valores? Sin lugar a dudas,
aunque disto de la acepción típica de dicho fenómeno. En otras palabras,
recurro a la frase para describir algo parcialmente distinto a lo descrito por
quienes usualmente hacen uso de ella.
El otro dia vi por Youtube.com a un comunicador
abundar sobre este fenómeno. Me molestó que la supuesta realidad de la “crisis
de valores” se tome por sentado, de manera poco crítica, con tanta frecuencia
en nuestro país. Es un discurso que a muchos les gusta. Ahora, es importante
comprender que ocurre en el mundo de hoy antes de abordar esa temática.
Con “crisis de valores”, usualmente se quiere decir
que el mundo está hoy peor de lo que estaba hace algunas décadas. Algunos citan
tópicos como el avance del matrimonio igualitario y del libre acceso a la
interrupción del embarazo. Yo argumentaría que el avance en derechos de
minorías que se ha observado a nivel global es precisamente un contraargumento
importante a la tesis que estamos tratando.
Hoy en día, el estado de bienestar se está
desmantelando en lugares donde los obreros obtuvieron esas conquistas en el
pasado. Eso obedece a la necesidad de competencia que ha producido la apertura
de fronteras. Algunos opinan que es un fenómeno cíclico o que se repite:
primero se maltrata al pueblo, el pueblo se rebela y le dan derechos,
lentamente se los quitan y al final se vuelve la rebelión para que se los
vuelvan a dar. Pero, claro, difícilmente el desmantelamiento del estado de
bienestar sea a lo que se refieren la mayoría de los exponentes dominicanos de
la tesis de la “Crisis de valores”.
Por eso, quiero preguntar: ¿Hay algo que
indica que como sociedad estamos retrocediendo a nivel de honestidad,
puntualidad y sinceridad? Un estudio estadounidense del 2013 consistió en
colocar un puesto de té y una alcancia para que el que tomara uno, sin
supervisión alguna y sin consecuencias por no pagar, depositara su pago ahí.
Más de 9 de cada 10 personas pagaron. Irónicamente, sucedió que la zona más
deshonesta resultó ser Washington D.C.
La marcha más grande en la historia de la
República Dominicana fue en contra de la corrupción, o del uso deshonesto de
fondos públicos. En algunos indicadores, como el trato a las minorías sexuales,
la juventud obtiene mejor puntuación que la sociedad en general. Está pendiente
un estudio científico que analice todos los aspectos donde hemos avanzado y en
donde hemos retrocedido como país en cuanto a los valores. Pero creo que es
exagerado y tendencioso esa fiebre de pintar a la sociedad moderna como que va
siempre camino a su perdición. Que va de mal en peor.
El mundo vive una crisis sin precedentes. Opino que
los antivalores como la avaricia juegan un rol preponderante. Pero me llama la
atención que los exponentes de la “crisis de valores de la sociedad dominicana”
de lo último que hablen sea de lo económico y de lo ecológico, que es lo
principal. Si verdaderamente fuese cierto eso de que los hijos de hoy le faltan
a los papás más el respeto que los del pasado, no tuviéramos un congreso cada
vez más joven. Y es cierto que es preocupante el nivel de educación del
dominicano promedio, pero la matrícula en secundaria pasó de 59% en el 2000 a
casi 78% en el 2016. ¡Pido más precisión científica en el discurso!
Observemos la imagen: por un lado, aparenta retratar
fielmente nuestra época en donde por dinero echamos a los seres humanos de lado
a los valores morales. Pero, visto más críticamente, ¿alguna vez en la historia
ha sido diferente? En un sentido, estamos mejor: hay menos esclavitud, mas
respeto al derecho ajeno y entre otros progresos, mejores cortes para el hombre
comun. Ahora, hay quienes apuntan a un pasado idílico de armonía entre los
seres humanos, y entre los humanos y su entorno. ¡Eso es otro tema!
Pensando sobre las desigualdades
sociales.
Me pregunto si ya tuviera un millón de
dólares si fuera malo y poco serio. Creo que soy bueno y serio. Conocedores
íntimos del quehacer nacional me lo han manifestado: tengo grandes dotes pero
soy demasiado bueno y demasiado serio.
Podemos intentar justificar las
desigualdades sociales recurriendo al darwinismo social y a la sociobiologia,
entre otras disciplinas. Después de todo, dicen might makes right. Es la
teoría de que aquellos con poder son los que definen lo que está bien y lo que
está mal. Ademas, entre las hormigas existe la esclavitud.
Tengo un libro que habla sobre la
organización política de los chimpancés, creo que de los favoritos de Yuval
Noah Harari. Creo que eso habla sobre la naturaleza humana. Ya he dicho, en el
pasado, la importancia para los que nos gusta hacer política de ese último
tema. No podemos definir que es un mundo mejor sin saber cómo somos los
humanos.
De ahí que nos podemos preguntar,
¿está bien que haya ricos y pobres porque es natural que el más fuerte tenga
poder sobre el más débil? Yo respondo que ciertamente el trabajo dignifica al
hombre y lo acerca más a Dios, pero que tenemos un compromiso con el prójimo.
Creo que hay algo fundamentalmente malo en divorciarnos del sufrimiento
ajeno.
Quiero aprovechar para marcar
distancia con el sistema en que degeneró la Revolución Rusa. El estalinismo y
la implementación del comunismo a tiros son, a mi humilde manera de ver las
cosas, incompatibles con la naturaleza humana. Me viene a la mente Steve Kangas
cuando diferencia al socialismo del liberalismo.
Comparto la opinión del economista
Ha Joon Chang cuando entiende que las cuatro grandes escuelas de la economía,
entre las cuales se halla la marxista, tienen fortalezas y debilidades. Reitero
que no creo que la utopía se imponga a tiros, lo creo una imposibilidad. Dice
la sabiduría popular que el comunismo no funciona en la práctica. Creo que
donde quiera que haya humanos pueden surgir los mercados y el dinero. Ahora,
donde quiera que haya humanos puede darse también el obsequio y el trueque.
Entiendo esto se observa en microsociedades. Dentro de mi visión, todo se debe
dar a su tiempo. La conciencia evoluciona: lo que a una comunidad le funciona
hoy tal vez no funcione mañana.
¡Estoy contento y también estoy
asustado!
El otro día, me sentí feliz otra vez. He
hablado en escritos pasados sobre esos momentos fugaces en los cuales me inunda
una paz, satisfacción y plenitud que me dibuja una sonrisa en el rostro al
tiempo que me llena de agradecimiento. Y es que me siento particularmente
enfocado en el fisicoculturismo.
Cuando joven, veía los modelos de
Abercrombie. Cuando superé el miedo que me provocaba, me daban ganas de mejorar
mi imagen. Después, leí el libro de un político norteamercano controversial. Al
final, pregonaba sobre la necesidad de construir un cuerpo del cual podamos
enorgullecernos. Eso resonó conmigo. Creo que es en este intento en el cual
conseguiré mis metas de manera duradera.
He trabajado duro en la disciplina a nivel
psicológico. Encontrar la motivación para pararse del sillón y empezar a darle
a los hierros es difícil. En lo particular, me gusta darle a los hierros. Lo
que me mantenía alejado es que quería comer pizzas, hamburguesas y dulces a
diario.
Algunos entienden que empezar a darle a
los hierros es a restringir la libertad con la comida. Creo que quienes piensan
así, en el pasado me incluirían, no están viendo que eso es la comida
controlandonos. Creo que todos los seres humanos comemos compulsivamente, ahora
hay un 5% aproximadamente (al menos en E.E.U.U.) cuya relación con la comida
degenera en lo que se llama un Trastorno por Atracón. Es una adicción a la
comida y sabemos que la adicción es una esclavitud.
En días pasados engorde algunas libritas.
Sucedió fruto del disgusto y la decepción cuando vi que, siendo candidato
oficial según reportaron medios como El Mitin y el Periodico Hoy, mi cara no
figuró en la boleta. Me enteré, al igual que seguidores míos el día de la
votación.
Busque confort en mis alimentos
preferidos. Se me fue la mano. Con el paso de los días, me di cuenta que era
como si mi celular marcará sólo el número de los sitios de comida rápida. Me
sentí en uno de los episodios de Queer as Folk, cuando Michael le
llevaba pizza y pollo frito a Brian Kinney.
Sin embargo, en cuanto vi que la balanza
me estaba demostrando que estaba ingiriendo más calorías de las que estaba
quemando, eché para atrás. Hoy es un día especial, porque entiendo que con el
número que registre esta mañana demuestro consolidación de la superación de los
sucesos que si fueran una película se llamase Las dos semanas y media que a
Mario se le fue la mano.
Todavía, como vengo haciendo de un
tiempo para acá, ingiero más splenda y harina blanca de la que en un sentido me
gustaría. Pero tengo una estrategia alimenticia que puedo llevar para toda la
vida, al menos en cuanto a nivel de satisfacción psicológica. Es la misma que
tenía antes de los sucesos: al día 1200 calorías de grasa y carbohidratos. Hay
quienes prescriben ratios, pero no me estoy enfocando en eso ahora mismo.
Adicionalmente, muy importante esto, 800 calorías de proteína. Serían 2000
calorías en total. Y seguimos con la regla de no durar más de 5 minutos al día
en planificación alimentaria. Me gusta comer, me pregunto cómo serán las cosas
si llega el día en el cual deba ingerir 3000 calorías al día. Pero reitero,
estoy satisfecho con mi modo de comer ahora mismo.
Fruto de ese episodio, aprendí que
puedo comer pizzas de pan pita hechas en mi casa en el airfryer, en vez de
tener que llamar a la pizzeria. Aprendí cuanto más control tengo sobre mi que
en años pasados. Y, asimismo, la importancia de las frutas y vegetales. Porque
el cuerpo me pidió seguir con mi jugo de frutas y vegetales para tener más
energía y sentirme mejor.
Hoy día, me dan ganas de comer bizcocho
con helado y frangelico en las noches, y se que debo esperar. Debo esperar a mi
cheat day. Y también sé que si en verdad lo quiero, puedo comerlo. O comerme la
mitad. O comerme una porción de 100 calorías. Pero también debo recordar que
jartarse de azúcar en la noche equivale a dormir mal, lo que equivale a menos
rendimiento al otro día. Y estoy trabajando para mi y para mi bien, con mis
estudios y mi ejercicio. Además, cuando empleo mesura en el comer no necesito
Nexium. Entonces, la tentación subsana. Porque hoy, más cerca de la meta, hace
falta menos motivación. A veces pienso que a medio camino es más difícil. A
veces pienso que es más fácil. También, no es llegar es mantenerlo. Pero hoy
tengo más razones para adherirme a la estrategia que diseñe para alcanzar lo
que quiero alcanzar que para no hacerlo.
Y así somos los humanos
1. Si lo hemos hecho
cien veces, ya es más fácil continuar porque es un hábito. En ese sentido se
pone más fácil el bodybuilding, empresa para lo cual los hábitos son tan
importantes.
2. Por lo regular,
hacemos las cosas que tenemos más razones para hacer que para no hacer. De ahí
el tabaquismo, el dejar de fumar y el recaer. El fumador toma ese primer
cigarrillo para ver que pasa. Si le gusta, lo seguirá haciendo hasta que llegue
el día en que tenga más razones para no hacerlo que para hacerlo. No estoy
diciendo que ese día va a triunfar en dejarlo, pero por lo menos ahora será un
fumador “de los que quiere dejar el vicio”. Eso hasta que llegue una crisis que
talvez le de más razones para fumar que para no hacerlo. Esta idea no es
infalible, porque los seres humanos no somos siempre del todo seres racionales.
Pero creo que hay verdad en lo que he dicho.
Me viene a la mente el Dr. Glenn Livingston.
Compre un segundo libro del, durante la crisis del exceso de comida chatarra, y
me bastó el resumen del libro pasado en el primer capítulo para aterrizar. Se
trata sobre la confianza en mí mismo.
Dude de mi mismo. Me pregunté si tenía lo
que hacía falta para un día no pedir un delivery. Para comerme mis 2000
calorías como Dios manda y no darme un atracón. Repito, dude de mi mismo.
Entonces el Dr. Livingston me recordó que
con la misma certeza que tengo de que mañana me voy a levantar y no voy a hacer
una estupidez, puedo tener esa certeza de que si lo quiero:
1)Voy a adherirme a mi plan de
comidas.
2)Puedo ahorrar sin tener que meter el
dinero de la tarjeta de débito a la cuenta de ahorro, aunque claro esto último
ayuda. Porque puedo hacer lo que quiero en vez de tener un momento de
debilidad, y también puedo ayudarme
3)Puedo no fumar cigarrillos, y si me fumo
uno puedo detenerme ahí. Aunque claro, el cigarrillo es complicado porque la
nicotina secuestra al cerebro y por ende a la mente. Ahora, una vez la nicotina
está fuera del sistema y con la terapia necesaria, llega el día en el cual debo
decidir si deseo fumar y arriesgarme a pasar dias dificiles en remisión de esa
sustancia. Y siempre es posible recaer en el tabaquismo y antes de uno darse
cuenta tener que fumar varios cigarrillos al día.
4)Puedo estudiar las horas que decido
estudiar. Puedo trazar una agenda y cumplirla.
5) Puedo triunfar en una Universidad
fuera. Reitero, aparte de fuerzas mayores, todo se reduce a los hábitos. ¡Se que
puedo llegar y graduarme con buenas calificaciones! ¡Se que puedo llegar con
buenas calificaciones de la universidad de aquí en la cual me estoy preparando
actualmente! Se que puedo echar pa’lante en vez de pa’tras en el deporte y en
la disciplina.
Todo esto necesita cosas como:
1. Vigilancia: todo
pensamiento observado, toda acción observada .
2. Motivación:
establecer nuevos buenos hábitos es difícil y nuevos malos hábitos es fácil.
¡Hay que estar motivado para pararse del sillón y trabajar!
3. Disciplina: para
no perder el fruto de la motivación. Para no perder los buenos hábitos.
4. Descanso: algo
fundamental. Creo que hago más si me propongo aprovechar 6 días y descansar uno
que si me propongo aprovechar los 7. Y claro, a veces hacemos más de 5-6:30 de
la mañana (1h30min) que de 9-12 de la noche (3h).
Es todo por hoy. Recordemos lo trascendente y seamos
buenos. El que tenga que pararse del sillón que se pare. Motivo al que un día
se paró (¡¿o nació parado?!) a seguir así. ¡Ánimo!
Actualización: en noviembre del 2018, llegué a tener
296 libras. Decidí hacer algo. Para marzo, decido recurrir a la nutricionista
porque me estanque. Llegué con 287 libras y 37% de grasa. Hoy, septiembre 2020,
tengo aproximadamente 230 libras con aproximadamente 26% de grasa. Meta
inmediata: 15 libras menos mínimo para noviembre. Es posible que pronto venga
una reducción de calorías.
EL PRM en su laberinto
Se ha hablado mucho del descontento de las bases. Tal
actitud no es de extrañarse. La falta de empleos estatales para la masa
partidaria es algo que nos acompaña desde el nacimiento de la república.
Siempre ha habido en nuestro país más gente queriendo trabajar para el estado
que empleos estatales.
Ahí la primera disyuntiva del PRM. Tiene que
modernizar al estado: eliminar las botellas y promover la
profesionalización en todas las instituciones. Es lo que le exige la sociedad
civil.
Pero por otra parte, la base perredeísta colaboró para
el triunfo. Al PRM no le conviene que su base esté descontenta. Analizemos los
números.
¿Cuánto peso tiene la base del Partido Revolucionario
Moderno?
El PRM sacó 25% de la votación de la población hábil.
La Gallup-Hoy del 2019 indicó que 22% de la población simpatizaba por el PRM:
la mitad son dirigentes en ese partido y la otra mitad no. Eso nos arroja que
podemos considerar que lo siguiente de la población apta para el voto: 11% es
base del PRM, 11% no lo es, y 3% no simpatiza por el PRM pero voto por el Sr.
Luis Abinader. Con estos datos podemos como mínimo hacer un guesstimate de
que el PRM tiene una base de aproximadamente 830 mil personas.
Sabemos que en la República Dominicana, muchas veces
el que apoya a un candidato lo hace esperando que el candidato le recompense
con algo cuando gane. Vemos entonces que, para lograr esa meta de
“modernización del estado”, tal vez tenga que temporalmente desagradar a su
base o voto duro.
He ahí un dilema: ¿quedar bien con la base o quedar
bien con la sociedad civil? Entiendo que se necesitaron los dos para ganar. La
situación se torna más compleja cuando le agregamos que todas las bases de
todos los partidos están ordenadas “por orden de rango”. En otras palabras, hay
dirigentes que “valen por dos”.
¿Cuál debe ser la estrategia?
El PRM aumentó su votación en medio millón de votos
con respecto al 2016. 47.4% de los sufragios emitidos fueron por otro candidato.
Esto es casi dos millones de votos, frente a los casi 2,155,000 del primer
presidente perremeísta. Esto nos presenta una realidad: aproximadamente 3.3
millones de dominicanos pudieron votar y no lo hicieron. La Sra. Rosario
Espinal, socióloga, argumenta que muchos de esos votos fueron del PLD en virtud
de que el partido morado redujo su votación en aproximadamente 1.3 millones de
votantes. Esto nos da como resultado que si esos 1.3 millones de votantes
hubiesen repetido el voto por el PLD, hubiesen votado aproximadamente casi 5.5
millones de dominicanos y el resultado hubiese favorecido al Sr. Gonzalo
Castillo para ganar en primera vuelta. Esto no es lo único: aún nos restan 2
millones de personas. Si el PLD hubiese contado con ese caudal de aproximadamente
1.3 millones de votantes, pero los aproximadamente 2 millones que no votaron
restantes hubiesen votado por Luis, el presidente hubiese ganado de todas
maneras en primera vuelta. Incluso con el apoyo del Dr. Leonel Fernandez, en
ese caso hipotético, hubiesen perdido. De ahí que el PRM tiene dos opciones:
seducir al que no vota ni por el PRM ni por el PLD, y convencer a los que
votaron por el PLD en el 2016 y se abstuvieron en estos comicios.
Es necesario estudiar porque los dominicanos que no votan
no lo hacen. De ahí, evaluar un camino a seguir para convertir la abstención en
votos perremeístas. De ser exitoso en esto el partido de gobierno, no le
bastaría al PLD una reestructuración interna exitosa y una reunificación con La
Fuerza del Pueblo para volver al poder. ¡Pero tiene que captar a esa masa que
se abstiene! El PRM incrementó su votación en medio millón de votos, pero no
olvidemos que el PLD la redujo en 1.3 millones más los aproximadamente 400 mil
del Dr. Fernandez.
Están las alianzas con los partidos minoritarios
también. Un problema en virtud de que las alianzas normativamente en la R.D.
son por reparto del estado, y sin embargo sin alianzas el PRM no hubiese
triunfado en primera vuelta. Eso le ha pasado al PLD.
No sería justo colocar dentro de la misma funda a
todas las alianzas. El regidor más votado del PRM viene de la sociedad civil.
Otras candidaturas externas al PRM también fueron exitosas. Podemos considerar,
entonces, que las alianzas todas ayudan a llegar, pero algunas no ayudan a
mantenerse. Digo esto porque, reitero, el PRM necesita hacer una gestión
exitosa para hacerle frente a un posible resurgir del partido de la estrella.
El PRM debe evaluar qué hará con los partidos que lo ayudaron a llegar en caso
de que pretendan restar más de lo que suman a la obra de gobierno. Porque su
importancia es insignificante frente al 45% que no voto.
A medida que se siga reduciendo la pobreza y
aumentando la clase media, el deseo de ser clase media al estilo de la clase
media norteamericana harán del clientelismo un fenómeno menos importante.
Porque estamos frente a un relevo generacional y esta generación tiene valores
diferentes. No auguro la muerte del clientelismo pero sí que se va a
reducir.
Para dar un ejemplo, la diáspora es casi 8% del padrón
y se abstuvo la mitad. Pero la diáspora, sobrepasando la conveniente mentalidad
de la dictadura de que “el ausente no es gente”, está dando muestras de cada
vez mayor participación en la vida política a juzgar por su comportamiento en febrero
del 2020.
También consideremos que la Gallup-Hoy 2019 indicó que
el 14% jamás votaría por el PRM, aunque curiosamente solo 6% dijo que jamás
votaría por Abinader. Por lo que la política de alianzas es útil en al menos
ese sentido. Una de las paradojas de la dominicanidad: tenemos la mayor
cantidad de gente que simpatiza por algún partido y la menor cantidad de gente
que confía en un partido.
No olvidemos que el padrón del 2024 incorporará a los
nuevos votantes y que será mayor en virtud de que nacen más dominicanos que los
que mueren.
Como tratan Espinal, Morgan y Hartlyn en su artículo
“Sociedad Civil y Poder Político en la República Dominicana”, nuestra nación
tiene algunas contradicciones. Otra es, en adición a la problemática por la
dicotomía entre simpatía y confianza a los partidos, es que tenemos
históricamente una de las sociedades civiles más grandes de latinoamérica, pero
también una de las más débiles.
¿Debe Luis apostar a la sociedad civil?
Históricamente, nuestra sociedad civil ha sido débil
por su dependencia del sistema de partidos y por su ínfima capacidad de
movilización. Lo segundo ha cambiado: Marcha Verde 2017 y Trabucazo 2020 son
iniciativas de la sociedad civil que se consideran de las movilizaciones más
grandes que ha visto la RD. Esto lo refleja el accionar del presidente, que se
reúne con los partidos y con los influencers para dar inicio a su
gobierno. Objetivamente, crece la capacidad de desafío de la sociedad
civil a los partidos, si bien es cierto que todavía son significativas las
relaciones clientelares en este país caribeño.
La economía y el empleo será fundamental. Entiendo que
habrá quienes quieran un empleo fácil “haciendo nada”. Pero creo que tambien
hay gente dispuesta a trabajar en un empleo digno en el sector privado. Esto
puede ser vital para mantenerle el ánimo a la base. Creación de empleos de
calidad en el sector privado. Creo eso puede hacer la diferencia. Y claro, como
para los empleos de calidad hace falta preparación, el rol que juegue el gobierno
en la educación también será importante y va de la mano .
Y bueno, el PRM tiene 49 mil likes en facebook, pero
la Marcha Verde tiene 35mil. ¿Qué hará el PRM para conquistar a esos 2 millones
de dominicanos que no ejercieron su derecho al voto y no son del PLD?
Verdades dolorosas: la política dominicana se basa, en
parte muy importante, en el clientelismo. Dicho clientelismo atenta contra la
institucionalidad. Es como si los gobiernos para llegar deben hacer compromisos
que después no le permiten hacer un buen trabajo.
Una esperanza: para el 2030, serán “primeros votantes”
los que nacieron cuando se empezó a invertir el 4% en educación. La educación
dominicana es deficiente, como indica la prueba PISA. Hay acusaciones de mal
manejo de esos fondos públicos. Pero creo que muchos ciudadanos creen que
“algo” mojó a los muchachos. La calidad del gobierno incrementa con la calidad
de su ciudadanía. Para el 2024, los “primeros votantes” serán los muchachos que
tenían alrededor de 7 años cuando se realizó el aumento en inversión. Creo que
ahí podemos encontrar una pieza del rompecabezas para ver como el PRM escapa de
su laberinto: el laberinto de los males ancestrales de América Latina. Todos
los que quieren hacerle un bien al país están en esa posición incómoda:
acorralado entre la espada de lo ideal y la pared de lo posible.
El PRM puede mantener a sus buenos aliados. Puede
mantener contenta a parte importante de su base. Pero tiene que recordar que la
sociedad civil va en ascenso. Argumentaría que sus dos debilidades históricas,
incapacidad de movilización y compromisos con el sistema clientelar, van
cediendo.
Con respecto a la capacidad de movilización, entiendo
la realidad habla por sí misma. Ahora, en cuanto al clientelismo, doy cabida a
que la R.D. empeore en ese sentido. Ahí está el oro, y sabemos que el clientelismo
va de la mano con el extractivismo. Pero, dando lugar a la duda, me atrevo a
afirmar que la dominación clientelar disminuirá. Detesto sonar “light”, pero
creo que la conciencia evoluciona. Porque la economía moldea las ideas, pero
también las ideas moldean a la economía. Aspirantes a ser dignos hijos de
Duarte, soñemos en grande.
¿El empresario: crudo multiplicador de capitales o
ente con responsabilidad social?
Me intriga esta pregunta. Incursione un poquito en
negocios en el pasado. Un aprendizaje que me lleve es el problema que
representa un empresario que quiere ser político. ¡Sobran los ejemplos de lo
problemático que es cuando los políticos quieren ser, también, empresarios!
¡Pero entiendo que lo otro puede ser igualmente riesgoso!
Puede ser más difícil para los de izquierda hacer
negocios. Sin embargo, a veces no hay de otra. A veces, hay que rendirle
cuentas al mercado que criticamos. Ahí pueden surgir problemas como los
conflictos de valores.
¿Qué hacer ahí? Una solución es apostar a las
instituciones. La ley no siempre es sinónimo de la ética, pero es una opción tomarla
como punto de partida a la hora de emprender. Tal vez no sea lo mejor, me viene
a la mente la epoca en la cual la esclavitud era legal en mas países. En
algunos casos no hay mejor árbitro que la conciencia. Pero también creo que es
una opinión común que en la R.D. hay buenas leyes que no se cumplen (no he
visto medición científica de que tan arraigada está esta noción). Mientras el
mundo sea imperfecto, siempre la ley escrita y las costumbres van a poder
acercarse a un mejor reflejo de las verdades absolutas sobre la justicia que
componen lo que se conoce como el derecho natural.
En un sentido, veo al empresario como el agresivo y
eficiente extractor de plusvalía. Dinero que luego, idóneamente, reinvierte en
la economía creando empleos, bienes y servicios. Su “aguantador” sería entonces
el estado imparcial que mediante mecanismos eficientes como las cortes “le
aguanta la mano”. Así, da rienda suelta a su egoísmo para crear la mayor
cantidad de valor posible hasta que un ente regulador decida que ya se hizo
todo lo que cabe dentro de la ética.
Este “aguante” es necesario porque bajo el esquema del
capitalismo de libre mercado se pueden crear innumerables riquezas. Pero a este
sistema no le tiembla la mano para recurrir al saqueo de los mas debiles, a la
esclavitud, al trabajo infantil y a las jornadas excesivas que restan años de
vida.
Esto se ve en China, donde se han colocado redes en
las ventanas de las fábricas para que los trabajadores no se suiciden por las
malas regulaciones laborales. En los mismos Estados Unidos, llueven las
críticas a las condiciones de trabajo de grandes empresas. Dentro del teorema
que planteó, el empresario, emprendedor y capitalista supervisaría y dirigiría
el proceso de creación de riqueza llevándolo hasta sus últimas consecuencias,
que sería hasta donde el estado “lo aguante”. Los ejemplos abundan sobre cómo
un capitalismo laissez faire lo más cruel posible hace ricos a los países bien
sea al costo de la dignidad humana. Esto lo convierte en una opción de desarrollo
no viable. Y esto no solo por abstractos planteamientos éticos, sino porque en
la práctica no es sostenible. Recordemos lo que les pasó a los franceses en
Haití.
Otros opinan diferente. Otros ven el rol del
empresario de una manera diferente. Hay quienes plantean que este debe ser un
ente con conciencia social. Que tiene responsabilidad social. Que el patrón
debe ir más allá de la ley, sacrificar algo de dinero por la moral. Algunos
hasta argumentarían que el dueño puede asumir pérdidas a fin de evitar el
desempleo a su comunidad (vía mantenimiento de empleos superfluos).
Ahora pregunto yo, ¿no le conviene más a una sociedad
que los encargados de dirigir el proceso de creación de riqueza se preocupen
solo por eso y le dejen la moral al estado? Es solo una pregunta. Pero
recordemos que a ninguna sociedad le hace mal tener más dinero, siempre y
cuando se maneje adecuadamente.
¿Qué hace más rica a la sociedad
dominicana: un “hijo de su madre” que siga la ley laboral y pague sus impuestos
o un “bueno”?
Siempre es necesario un estado justo,
fuerte y transparente que funja de árbitro imparcial. Esto es, según algunos,
una quimera. Pero entiendo que podemos tener un estado que monopolize la
fuerza, asegure por el cumplimiento de la ley y vele porque tengamos
legislaciones ejemplares.
Claro, el mundo no es perfecto. ¡Eso es
uno de los problemas de la ciencia social! ¡La sociedad difícilmente reúna las
condiciones de laboratorio donde todo sea predecible! Como indica la imagen, un
gobierno lleno de políticos avaros no puede defender a la ciudadanía de un
sector privado lleno de empresarios avaros.
Tal vez, en condiciones ideales,
necesitamos del “panadero egoísta” al que se refiere Smith. Pero, también, es
posible que nuestra realidad como país amerite “buenos” que sean eficientes y
patrióticos en vez de máquinas de hacer dinero a cualquier costo para el bien
de todos. El empresariado juega un rol en la construcción de la
institucionalidad del estado. Tanto en su consolidación como en su
prevención.
Adam Smith dijo que nuestro pan no viene de la bondad
del panadero sino de su egoísmo. Pero la ausencia de bromato en nuestro pan
puede en algunos casos depender de la bondad de los panaderos. ¿Porqué? Porque
se pueden sabotear y comprar legislaciones que busquen el bien común de la
población si afectan algunos intereses. Además, en países de institucionalidad
escasa, algunos pueden impunemente ignorar la ley.
En ese sentido, el empresario está obligado por la
ética a tener conciencia social. Pero esta tiene que ser a largo plazo. Esta
debe reflejarse en apostar por que las instituciones sean más sólidas y no en
suplantar a las instituciones mediante la caridad. El “bueno” no vela, a mi
entender, solo por la subsistencia de los demás. Vela también por la felicidad
y libertad de todos los seres en todos los sitios.
Lao Tzu dijo: “Dale a un hombre un pescado, y lo
alimentarás por un día. Enseñalo a pescar y lo alimentarás por toda la vida”.
Viene entonces el sociólogo Carlos Marx Pressburg y siglos después le agrega
“Enséñale a un hombre a pescar y vas a haber arruinado una gran oportunidad de
negocios”. En fin, hay que ser bueno pero hay que saber ser bueno. Hay que
recordar que no todo lo que brilla es oro. Y la élite del país deberá
preguntarse si verdaderamente lo que quieren es que la situación siga como
está.
El celular
Creo que hay que tratar este tema. Después
de todo, el intelectual pasa de ser un sabio a ser un commodity en el libre
mercado en esta época en que vivimos. Tiene que tratar temas que estén de moda.
Le veo sabiduría al mantenerse a la moda en ese sentido. Hay quienes dicen que
la verdad es como un león, que no hay que defenderla. Pero también está la
experiencia que narra la película “No” en Chile: las verdades hay que saberlas
decir.
Parte del éxito de Juan Bosch está
en que le hablaba al pueblo en su lenguaje. ¿Qué hubiese sido de Bosch si no
hubiese sabido convencer al pueblo de su proyecto? Si alguien va a entrar a una
casa en llamas, tengo que advertirle que no lo haga de una manera que entienda.
Porque se puede tener la razón y no lograr hacerle el bien al prójimo.
Por eso, no basta con conocer la verdad.
Para llegar a ser un ser humano autorrealizado, también hay que saberla
compartir. De eso depende nuestra evolución como especie. Con esta idea estoy
siendo coherente con otra que he planteado: que es posible que el líder a veces
esté justificado en contradecir a la masa, pero que también puede estar
justificado el hecho de que el líder modifique su comportamiento por
instrucción de la masa.
Comienzo mi narrativa sin más preámbulo
sobre la verdad, la moda y el deber. El celular fue para mí, en sus inicios,
algo traumático. Creciendo, algunos se escandalizaron porque los muchachos
tenían celular a edades cada vez más tempranas. Decían “mi primer celular lo
tuve a los veinte y ahora los niños de hasta once años lo tienen”. Mi madre
decidió que yo iba a ser una excepción. Entonces, con el pasar del tiempo, mi
curso entero en el colegio tenía celular. Claro,¡ el curso entero menos yo!
Todavía siento un poco de vergüenza. Fui de los primeros en tener computadora
propia pero de los últimos en tener celular.
Eso fue hasta que llegó el esperado día en
que mi mamá decidió que lo necesitaba. Me emocioné mucho. En ese entonces,
había un celular barato que tenía cámara vga, pantalla a color e IR. Opte por
ese, el Sony Ericsson K300i.
Extraño que su batería duraba hasta tres
días.
Siendo el ser humano como es, ahora el
problema no era que no tenía celular. Ahora era que estaban de moda los RAZR de
Motorola. Por consiguiente, mis padres emprenden su nueva cruzada contra los
jóvenes que tienen celulares demasiado caros para su edad.
El celular es así. Es un tema cargado. Nos
mueve pasiones, da miedo, da nostalgias, crea dependencia y forja lealtad. Nos
recuerda un pasado a veces idílico sin esa complicación y a veces espeluznante
por la manera en que ha calado ese recurso.
Fue bien coming of age para mi
cuando empecé a detestar el celular. Cuando sentí que me quitaba más de lo que
me daba. El celular es en parte responsable de la infantilización de la
sociedad. El niño no vive su niñez a plenitud y parte del problema es ese
aparato. Entonces, ahora tenemos hordas de adultos que no quieren ser adultos.
¿Porqué? ¡Por qué no pudieron ser niños! Y a veces, esa pérdida de la niñez es
por iniciativa del niño, tal vez dominado por la moda o por querer crecer a
destiempo. Me pregunto que se puede hacer al respecto.
El celular parte 2
Tuve una etapa de mi vida, creo que en
parte relacionada con esa rebelión contra la prohibición de la niñez, en la
cual no quería tener ni celular ni computadora. No se trata solamente de haber
crecido con computadora y celular. Se trata de que nuestras calles dominicanas
no son seguras y eso da pena. En un sentido, nuestra economía le prohíbe a los
niños ser niños. Envidiaba a los personajes de Oye Arnold!, Sabrina: La bruja
adolescente y demás caricaturas porque entendía podían vivir su niñez y
juventud de una manera más plena. Envidiaba también a mi papá y a mi mamá
porque crecieron caminando en las calles. Tenían aventuras que el sistema en el
que me tocó criarme me prohibió.
A un nivel general, hay que preguntarse si
la misma zapata de la sociedad occidental contemporánea está errada. Habló de
escuelas que ponen demasiadas tareas y obligan al todavía-no-adulto a sentarse
por largas horas.
Hay quienes critican, y con validez, la
bombilla. Me surgieron deseos de vivir sin electricidad. ¡Esta era tiene
demasiada hiperconectividad y distracciones! Deseos como eso dejan entredicho
que, con todo lo que hemos ganado, algo hemos perdido.
Ya no estoy tan motivado para ese proyecto
de mi bucket list. En principio, pensé lo bien que me haría como lector y escritor.
Pero también, podemos ver a la modernidad como un desafió. Ahora es más difícil
hacer algo por las distracciones que tenemos, eso nos obliga a ser más fuertes.
Tenemos nevera: está en nosotros usarlo para que no se nos pudra la carne o
para tener un arsenal de golosinas para consumir por la noche. Tal vez en
nuestra época podemos ser mucho más que en el pasado, pero de igual manera
puede ser más difícil. He aprendido que conectarse es tan importante como
desconectarse.
Hoy en día, uso un Samsung Galaxy A50.
Estoy muy contento con ese aparato. Me encanta. Me gusta sostenerlo, sacarlo de
su forro. Algunos dirán que estoy nerdeando, pero se gastaron muchos cuartos en
hacer de ese aparato algo bello y el ser humano se supone que aprecie la
belleza. Hay quienes dicen que no poder apreciar la belleza es síntoma de un
problema con el corazón.
Creo que soy dependiente de esa
tecnología, aunque no creo que tenga una adicción fuera de control al celular.
Mi vida fuera más difícil sin él, aunque no entró en remisión si lo entrego
para un retiro o algo así. Todo lo contrario, hay días en los cuales detesto
cuando llega el momento de revisar WhatsApp porque eso estresa. Ahora, ¡reitero
que lo necesito en un sentido!
Con mi celular:
- Uso la cámara para hacer mil cosas. Intercambio
información como páginas de un libro y recibos. Comparto sucesos con seres
queridos. Duplico documentos importantes.
- Planifico mi alimentación. Lo uso para contar
calorías y gramos de proteína.
- Busco las recetas que voy a cocinar y el
contenido nutricional de los ingredientes.
- Con la calculadora, calculo los valores de mi
alimentación y mis finanzas.
- Con una aplicación de finanzas personales, llevo
registro manual de mis gastos para manejar bien mis tarjetas de crédito.
- He formado relaciones importantes con las redes
geosociales.
- Intercambio dinero mediante e-banking.
- Leo el periodico
- Lo uso para meditar y hacer pranayama. ¡Alguien
tiene que contar los segundos de cada inhalación/exhalación
oceánica!
- Llevo mi agenda
- Pido taxis y comida a domicilio
- Aprendo alemán
- Leo material académico que puedo resaltar ahí
mismo. También, le inserto a los textos notas que el equipo transcribe
desde mi voz. ¡mucho más eficiente que leer con una mascota y un bolígrafo
al lado!
- Escucho música
- Asisto a clases
- Y claro ¡hago llamadas y envio mensajes de texto!
Se supone que es lo principal. Es gracioso como el teléfono es lo que
menos uso de mi celular. Hasta se me olvida que está ahí.
- Esta lista no es exhaustiva
El celular puede ser un gran sirviente pero es un mal
amo. Me preocupa la incapacidad que a veces tenemos de despegarnos de la
pantalla. Confieso que he usado el celular para procrastinar. Detesto cuando me
sucede eso.
También lo he usado para, como decía o dice una
profesora querida, acercar al que está lejos y alejar al que está cerca. Ahí
vemos como el celular es una parte que hay que mencionar de una crisis que
vivimos hoy: la banalización de los vínculos humanos.
¿Crisis de salud mental? ¿Crisis de valores? ¿El
posmodernismo acabando con todo lo bueno y noble? ¿Los más mayores hablando en
base al miedo porque les choca la juventud moderna? ¿Oportunidad de mejora y
superación?
Creo que todas las nociones anteriores tienen validez
para profundizar en la zombificación a las cual nos tienen sometidos los
smartphones. No se trata de agarrar libros impresos con filosofía del siglo XIX
y empezar a destruir celulares con ellos. O al menos no todavía. Pero hay
quienes ya están trabajando para evitar que la inteligencia artificial tome el
poder y subyugue a la humanidad con fines espurios. Sin embargo, ¿no está
pasando eso ya? ¿no tienen los celulares agarrados por el pichirri desde ya a
la mayoría de los dominicanos?
Agradecimientos al canal de Youtube.com “Esquizofrenia
natural”. Recomiendo sus trabajos sin estar necesariamente de acuerdo con todo
lo expresado ahí.
La sección de Gastronomía.
Hoy comí mejor que nunca. La comida me quedó
espectacular. Tengo mi historia con la cazuela de garbanzos con chorizo.
Un dia, viene a visitarme un amigo de una ciudad
cercana. En ese entonces, creo era propenso a “brotes de tipicidad”, “episodios
de reafirmación identitaria” e “hiperdominicanismos”. Dispuse con la actitud
más dominicana que me fue posible un cocido de patas vacas.
La idea me vino porque una vez, estando en La Romana,
invitaron a un tio mio a uno de esos cocina’os típicos. Yo estaba loco por ir,
pero no quería invitarme. Transcurrido un tiempo, me aparezco en la casa del
vecino que hospedaba la actividad. Me alegra que todavía no hayan empezado a
comer. Me siento en la mesa, cuando llega la hora, pero no había un plato para
mi. Claro, ¡yo no estaba invitado! Confesé mis intenciones con la comida ya
terminada. Nadie se imaginaba que mi “visita sorpresa” había estado buscando
probar el caldo.
Años después, tal vez rememorando la reacción que
suscitó ese plato que para algunos es “atípico”, decidí que ofrecer esa comida
iba a ser mi gesto. ¡Oh sorpresa! Cuando llegó al comedor la delicia, perdí el
apetito de una manera inexplicable. Ahí estaban mi papá y mi amigo, degustando
las paticas con el mayor gusto del mundo. Yo, en cambio, me había servido
sabiendo que estaba en un problema. No había comenzado.
Mi papá se percata de la situación. Sin darle mucha
importancia, levanta la vista y comenta: “te hace bien para los tragos de
ayer”. Me anime a probar un poco, pero él se da cuenta que yo no iba a comerme
ese plato. Entonces, vino al rescate.
El dia anterior, mi mama se habia antojado de algo
“diferente”. Mi papá improvisó unos garbanzos con chorizo con los ingredientes
que tenía en la casa. Para mi fortuna, quedaba la mitad. Me los ofrece. Solo me
hice el difícil una vez. Las patas de vaca fueron más fuertes que yo. Recuerdo
que esas legumbres me supieron a gloria. Tenía mucha hambre.
Pasaron los años, y me pasaba por la mente repetir la
experiencia culinaria. Sin embargo, siempre terminaba haciendo un cocido o unas
lentejas. Lo más cerca a lo que llegué fue un día en que me hice unas
habichuelas blancas con chorizo después de haber hecho natación en una piscina
más fría de la cuenta.
Por mucho tiempo, pensaba en mi desorden con la
alimentación y me venían a la mente esas habichuelas. Ciertamente, es un plato
muy calórico. Hay que tener cuidado: si se desayuna con pan y se almuerza
legumbres con chorizo (con un chocolatico de postre), es muy posible que la
cena deba ser baja en grasa y carbohidratos.
Hoy me reencontré con ese plato. Ayer fui al
supermercado con hambre. Desde hace algunos días, tenía ganas de comerme “algo
bueno”. Compre lo que tenía planeado adquirir, pero me permití una lata de
garbanzos y dos chorizos de El Cid. Lucían frescos y apetitosos. Pensé ir al
Bravo a comprarme unos buenos que ellos traen, de nombre Palcarsa, pero los de
El Cid son los de siempre. Con esos crecí. Ambas son buenas opciones. Me gustan
los de El Quijote, también.
Me distraje un poco con el compagno. Sopese darle un
golpe al timón y hacer fabada. Pero tras ver la cantidad de grasa del lacón,
decidí mantenerlo simple. No me arrepentí.
Esa noche, busqué recetas en internet. Aprendí que a
ese plato se le llama “cazuela”. En base a todas las recetas, diseñe la mía
propia. Me acosté y tuve una leve pesadilla de que había cocinado la entrada
olvidando el pimentón, solo para darme cuenta al final. Tengo la costumbre de
siempre ver la receta cuando cocino para que no se me pase nada.
Todo lo sucedido me ha hecho pensar en mi identidad.
He trabajado el tema de los problemas que trae el comer por motivos distintos
al hambre. He aprendido que comemos para reafirmar quiénes somos, o al menos
quienes queremos ser.
Mi abuelo me enseñó que los Mejía somos españoles.
Considero la paella parte de mi. Al igual que la pizza, la hamburguesa y el
sancocho. ¿No es parte del ser dominicano ser medio gringo?
Entiendo que hay españoles que están de acuerdo en que
soy, en un sentido, español. Si bien es cierto otros van a diferir con
vehemencia. El Rey Felipe VI habló del respeto a las diferentes maneras de
sentirse español. Me di por aludido, si bien es cierto que tal vez el Rey no
tenía en mente a los hispanoamericanos. Pero de todas maneras me provocó
dimensionar el posible rol del reino de España en el prospecto de una
Latinoamérica unida.
En cuanto a eso de que “los Mejía somos españoles”,
creo que tal vez tenga que indagar hasta mis antepasados en los tiempos de Baez
y Santana para seguir desentrañando ese telaraña. Sostengo que puedo ser
Duartiano y mantener la validez del planteamiento de mi abuelo. Después de
todo, la dominicanidad no tiene porque ser excluyente.
Mi caldo, por ejemplo, no lo fue. Me planteé hacer una
receta española a lo tradicional, que me sepa a las fabadas de Albo, pero opté
por incorporar el ají cubanela y el cilantro. Pensé sustituir el cilantro por
perejil, para que el plato sea “más español”, pero no había y no quería volver
al super. No vi mayor problema, me encanta la verdura. Lo vi como una opción
igualmente buena. Mencionó que siempre intento dominicanizar las recetas que
preparo y creo que el sazón es uno de nuestros tesoros.
Mientras cocinaba, me viene a la mente un
artista que dice que es de nacionalidad catalana. Me acabo de hacer su fan. Me
pregunto si le gusta el plato. También me viene a la mente una de mis series
favoritas, Física o Química. Dicha serie fue bien coming of age para mi.
Dicen que Elite es su sucesora, pienso que tal vez sea buena idea ponerme al
día con sus episodios. De igual manera, lamento las tantas ocasiones en que me
visitaron amigos y no les preparé esta opción tan deliciosa y económica. Le
pido a la pandemia que se termine de ir, proponiendome ser un mejor amigo y
anfitrión cuando esto termine.
A los 20 minutos, cunde el pánico. Me da
miedo que mi creación quede demasiado líquida. Me siento mal al pensar que debí
hacer uso de la papa o la auyama. Pero confío. ¿qué es lo peor que puede pasar?
Además, digo que si huele bien, el plato no fue un fiasco. Solo se trata de
tener la sal en punto. Lo bueno de los caldos es que son bastante forgiving en
cuanto a técnica, a diferencia del arroz. También me debato con intensidad
entre cuanto pimentón, comino y azafrán usar.
Por fin, el plato está listo. Pruebo, y
verifico que la sal está en punto. Decido bañarme antes de comer, en lo que
enfría, para que repose. Ya mi arroz blanco está listo, por eso no le eche
“patatas”.
Me propongo a comermelo con una
Coca-Cola. Creo que es de buenos españoles comer la comida con Coca-Cola. Del
mismo modo, lo que terminé haciendo fue un buen norteamericano, ya que la
Coca-Cola fue de dieta. Hay quienes consideran un “apreta’o” al que se “mete”
un plato calórico con un refresco de dieta, ¡pero los macros son los macros!
Zizek diría que así es el hombre moderno: quiere el gustazo sin el trancazo.
Azúcar sin calorías, sal sin sodio y café sin cafeína.
Pruebo lo que decidí iba a comer hoy. Me
supo a gloria. Le doy 99/100. De lo mejor que he cocinado en mucho tiempo. No
pude deshacerme de la idea de que un poquito de dulzor le caería bien. Para la
próxima, un chorrito de vino blanco, un poquito de azúcar o unos trozos de
zanahoria.
Les dejo la receta:
Cazuela de garbanzos con chorizo.
1 lata de garbanzos
2 chorizos (use el Noreña de El Cid)
60g cebolla
60g tomate barcelo
30g aji cubanela
30g pimiento morrón rojo
5g ajo
Cilantro picado (lo hice al ojo porciento,
esto es al gusto, pero diría entre 2-5g).
½ tsp o cucharadita de paprika
⅛ tsp o cucharadita comino
Un poco de azafrán
Media tableta de caldo
Media hoja de laurel
Pimienta al gusto (le di 35 vueltas
al
molinillo)
2-3 vasos de agua
Opcional: media copa vino blanco, un poco
de zanahoria, un poco de azúcar.
Instrucciones
- Rebanamos los chorizos. Los colocamos en una olla
a fuego lento para que bote la grasa.
- Sacamos los chorizos. Con la grasa aun en la
olla, sofreímos unos minutos los vegetales ya picados o procesados (menos
el cilantro). Removemos con una cuchara para incorporar lo que esté pegado
a la olla.
- Agregamos los chorizos, la lata de garbanzos, los
vasos de agua, el cilantro picado, la paprika, el caldo, la hoja de
laurel, el comino, el azafrán, la pimienta. Cocinamos aproximadamente
media hora a 45 minutos. Tapado, a fuego medio. Revisamos periódicamente para
asegurarnos que no seque en exceso y para mover.
Epilogo
¿Estamos en la antesala del sueño
trinitario? Un día, cuando niño, unos dibujos animados se refirieron al “tercer
mundo”. Me pregunté qué es esa cosa tan rara.
Crecí en la época en la cual, de repente,
la República Dominicana dejó de ser un país subdesarrollado. Ahora era un país
“en vía de desarrollo”.
Somos una nación de ingreso medio-alto.
Todo indica que de seguir con el neoliberalismo, si no sucede ninguna sorpresa
atroz, para el 2035 seremos un país de ingreso alto y para el 2078 un país
“desarrollado”. Las fechas las ofrece el economista Haivanjoe NG Cortiñas en el
2018.
¿Ya casi llegamos? ¿Ya casi llegamos al
sueño de Duarte y Baez de ser una patria rica y soberana como Francia, España,
Inglaterra y Estados Unidos?
El nobel de economía Joseph Stiglitz se
refiere a una de las contradicciones de la globalización neoliberal: crea
países ricos con poblaciones pobres. De igual manera, algunos países han
enfrentado las recetas económicas de los organismos internacionales con éxito.
¡Podemos llegar antes!