Me pregunto si los locos dominicanos necesitan una pastilla agria o leer a Zizek, parte 2: Primero Trujillo, Luego Balaguer, Siempre Eris.
Dedicado a un Rey en cuya corte serví. Esto en una vida pasada que se remonta a los tiempos bíblicos. Lo anterior me fue revelado durante una regresión exitosa con una profesional de la psiquis. Comparto que doy cabida a que la regresión a vidas pasadas sea imaginación, pero creo es veraz lo transpersonal. En todo caso, son útiles para trabajar la libre asociación freudiana y divertidas.
Sobre el no caer en desgracia
Cuando pequeño me fascinaba la historia dominicana, y de manera particular lo del “caer en desgracia” durante la Era de Trujillo. Hubo quienes dijeron que la única regla de la República Dominicana en aquel entonces era “prohibido joderse”. Me viene a la mente el expresidente Balaguer.
Sobre él perdura en el relato dominicano su increíble capacidad para lidiar con la caída en desgracia. Antes de seguir hablando del literato, contextualizamos.
En aquel entonces, según he leído, un funcionario podía amanecer destituido sin ningún motivo. Estaba el Foro Público, en donde se publicaban chismes. El que apareciese allí, sabía que la “caída en desgracia” rodeaba su circunstancia.
Si no me equivoco, aquí opera la lógica del poder. Trujillo necesitaba lograr adhesión y que nadie le hiciera sombra. El miedo es un instrumento de la dominación. El mismo Generalisimo dijo una vez que el dominicano funciona con un cheque a’lante y una fu’ta atra’.
Entiendo usaba técnicas como las empleadas por el führer alemán Adolfo Hitler. Se rumora, para citar un caso, que a Hitler le gustaba darle a sus subordinados órdenes contradictorias. ¿Qué conseguía con esto? Sencillo: más poder. Era el primordial divide y vencerás. Y digo primordial porque ¿no fue esa la estrategia del primer conflicto de la “creación”?
En la Era de Trujillo había mucho chisme, habían sutilezas, había que intuir la voluntad de Trujillo…¡un auténtico campo de batalla! No todos sus integrantes bailaron la fiesta entera. Algunos fueron acompañados por la tragedia el último día de sus vidas.
El Doctor Balaguer sobrevivió numerosas intrigas que a cualquiera le hubiesen producido muchas dificultades. Después de todo, era un hombre muy cercano a Trujillo y levantaba envidia. Recordemos que Trujillo y Balaguer eran familia, en virtud de que la segunda esposa del magnate era su prima. Incluso me he preguntado, de un tiempo para acá, qué rol jugó el deseo de “seducir” a Balaguer para su proyecto en su acercamiento a Bienvenida Ricardo. Creo que eso pudo ser decisivo.
Pero, volviendo al cómo se las jugaba Balaguer para salir vivo de ese campo de guerra, comparto que cuando era pequeño, me preguntaba cómo lo hacía. Creo que hoy ya tengo una respuesta razonable: estrategia e intuición.
El juego del poder, la fama, el dinero, la gloria, la felicidad y la salud puede ser un auténtico tablero de ajedrez. La buena noticia es que la estrategia se estudia. Hay manuales como los de Robert Greene.
¿Era el Dr. Joaquin A. Balaguer Ricardo un maestro “ajedrecista” de la vida? ¿Encendía su mente frente a cada coyuntura y contemplaban como genio cuyas ideas cobran vida en la cabeza las mil alternativas que podría emprender para -informado con Sun Tzu y Maquiavelo- tomar la decisión que racionalmente le convenga más a su circunstancia? ¡Puede ser!
Pero eso lo puede hacer hasta una computadora. Creo que a eso le llaman “algoritmo”. Con eso no digo que el que lo haga “a la antigüita” no sea un genio. Entiendo lo es. Pero veo algo más operando aquí.
¡Hablo de la intuición! Se rumora Balaguer era rosacruz. Entiendo que los rosacruces poseen conocimiento cabalistico, que es lo mismo que decir magico. Hoy día asociamos a los magos con los ilusionistas de Las Vegas. Pero antes, mago era el que trabajaba su mundo interior para producir cambios en el mundo exterior. No es tan descabellada la leyenda de Merlín. Diría que los abuelos behiques taínos eran los magos de nuestra tierra previo a la llegada de los abuelos españoles.
Asimismo, veo posible que Viriato Sención retrata fielmente las “creencias raras” de Balaguer en El pacto de los rencores. El escritor se refiere a “actitudes peculiares” del líder cibaeño frente a la muerte. Si mal no recuerdo, menciona algunas de sus supersticiones también.
La superstición palidece cuando consideramos al universo una entidad mecánica sin fines ulteriores, pero eso no fue lo que estudié en Pacifica Graduate Institute. Antes, el cosmos y la psiquis eran la misma cosa. Tal vez no están hoy tan divorciadas como asumen los cientificistas. No se trata de volverse loco con los presagios, hay que saberlos interpretar. La superstición no es una ciencia exacta ni conlleva al determinismo. Ahora, los que creemos que observando las aves podemos decir algo útil sobre otro plano de realidad no somos brutos, tan solo somos junguianos.
Es de ahí que me pregunto si Balaguer complementaba su manejo de la literatura con la adivinación. Dicen que Hitler y Reagan hacían eso con frecuencia. Es común el rumor de que Balaguer se leía la fortuna con una taza.
Me pregunto si quizás Balaguer tenía algo similar al cunning de Rosalind Walker de Chilling Adventures of Sabrina en Netflix. Era un hombre sabio.
Y claro, evitemos el binarismo… todos somos una mezcla de logico-analiticos e intuitivos. Algunos más para un lado que para el otro. Pero reitero la pregunta. Balaguer, Trujillo, Bobadilla, Mella, Allende, Chavez: ¿diseñan la estrategia mediante algoritmo en la mente, o intuían el curso a seguir? De posible mayor importancia aún, me pregunto cómo será el proceso de la mente intuitiva bien leída…
¡También vital! Intuición y Razón: ¿dos alas del mismo pájaro? ¿O una superior a la otra?
Trujillo y la estrategia
Espero desarrollar este género en el futuro: Trujillología mención Estrategia. En este espacio, queria traer a colación un mito: el poder omnímodo del jefe.
Entiendo que hay quienes creen que Trujillo era todopoderoso. Que el jefe podía hacer lo que le diera la gana. Nada más lejos de la realidad.
Por un lado, no busco tapar el sol con un dedo. Es un hecho veraz que ningún dominicano desde la Independencia hasta hoy acumuló tanto poder durante tanto tiempo. El dictador controlaba la economía, las armas, la vida social y la política. Pero ahí sale a relucir un bache conocido para los asiduos de nuestra histórica. Jamás consiguió uno de sus anhelos: ser nombrado benefactor de la iglesia. No era un cero a la izquierda en el ámbito religioso, pero vemos uno de sus fallos ahí. Entiendo que el presidente tuvo mas de un fallo estratégico en aquel entonces. Me pregunto si fruto del profundo respeto que todo buen gobernante debe tener frente a las instituciones religiosas, el Generalísimo tal vez tuvo un poco de timidez ahí.
¿Qué decir del poder absoluto versus el poder relativo?. Dicen algunos teólogos que ni Dios, que es comunmente concebido como omnipotente, tiene el primero. Esto es así porque El debe respetar, según esas teologías, el libre albedrío y las leyes de la naturaleza que el mismo legisla como gobernante de la creación.
Veo un fenómeno parecido con Trujillo y todo el mundo a un nivel más general. El político sancristobalense no podía mover sus administradores de empresas, sus líderes militares y sus funcionarios de manera antojadiza. Con el poder no se puede ser medalaganario.
Esta el ejemplo de Abbes García: hay quienes sostienen, y veo válido darles razón, que si Trujillo hubiese destituido a este personaje lo hubiesen tumbado antes del 30 de mayo de 1961. No pudo escapar de la negociación con los haitianos después del corte. Hay más ejemplos.
Con esto quiero traer a colación la noción de que un hombre, por más poderoso que sea, no escapa de la lógica del poder y la dominación. Hay quienes quieren ser poderosos para hacer lo que les de su “mardita gana”. Ahora, a veces el poderoso es tan libre como el profesional de clase media que quiere ser como él. Pero por lo menos están las mieles que el primero puede gozar, que suelen ser dulces.
Proverbios 25:16 “¿Has hallado miel? Come sólo lo que necesites, no sea que te hartes y la vomites”.
¿Esta bien a veces rendirse?
SPOILER ALERT DE LA SERIE SPARTACUS
Me llamó mucho la atención un momento de la serie Spartacus en el cual uno de los personajes, un gladiador, levantó los dos dedos para rendirse tras considerar que su batalla estaba perdida. El lanista dueño del ludo lo disciplino sin perdón alguno: lo desterró para las minas. A partir de ahí, huyo del rendirme.
FIN DE LOS SPOILERS
Pero decían los griegos que todo en exceso es malo. Entiendo que rendirse en exceso es tan nocivo como insistir en demasía en una batalla. Después de todo, ¿no es famosa la frase atribuida a Constantino I: si no puedes con tu enemigo, únetele? Lo hizo en referencia al imparable avance de los cristianos en el Imperio. En el caso de Constantino I, rendirse ante los cristianos le sumaba más de lo que restaba. En este caso, digno de castigo hubiese sido lo contrario: insistir como un idiota en una batalla que no se podía ganar.
El Generalisimo Doctor Rafael L. Trujillo es otro ejemplo. Se rinde ante los nazis, según recoge el argot popular. Creo que lo último que quería el presidente era librar una guerra contra Alemania.
¿Se comportó el sagaz político como mujer? Bueno, sin enjuiciar historicamente esa acción, veo que en la Guerra a veces hay que ser como hombre y otras veces hay que ser como mujer. Cuando pensamos en la Guerra, pensamos en la fogosa masculinidad del complejo de Marte. Pero también, la sutil y delicada feminidad del complejo de Eris es necesaria. No todo es tiros, hay que tener estrategia porque hay que saberlos tirar. De lo contrario se es un buen bultero y un disparatoso.
Otro ejemplo serían los gérmenes del cuerpo. Claramente, jamás podremos con ellos, lo mejor es aprender a trabajar con ellos mediante la ingesta de yogur y el evitar las sustancias que hacen que el balance de estos en nuestro organismo nos desfavorezca. Por igual, en algunas espiritualidades se habla de rendirse ante el espíritu y de rendir el ego. Es posible que tenga mala suerte y tenga que rendirme en mis proyectos si surge alguna urgencia.
Reitero que no estoy haciendo apología de la mediocridad. Vuelvo y digo que todo en exceso es malo. Pero rememoramos una de las importantes lecciones del expresidente Trump: a veces es perdiendo una batalla que encontramos una nueva forma de ganar la guerra. ¡Enhorabuena!
