¿Qué dice de nosotros como sociedad nuestro descuido a las piezas del Museo de Historia?
Favor leer este artículo antes de proceder al intento de analisis del suceso:
https://listindiario.com/la-republica/2020/10/20/640173/valiosas-piezas-del-museo-de-historia-convertidas-en-ruinas
El otro día charlaba con una amiga y pude terminar de verbalizar una idea que tenía latente en la mente. Quería intentar analizar desde la psicología profunda y la sociología transpersonal un hecho: el descuido a nuestras reliquias nacionales en el Museo de Historia. A simple vista, puede parecer que es un simple descuido “porque aquí todo se descuida y hay mucha dejadez”. Pero creo que podemos decir más.
Creo que ese descuido delata varias cosas: tenemos pobre autoestima colectiva, no nos sentimos a gusto con nuestro pasado y lo que nos recuerda nuestro pasado puede hacer que revivamos los múltiples traumas que tenemos como pueblo. Esto último es delicado.
¿Por qué es malo ese descuido? Porque lo que no enfrentamos, lo que decidimos ignorar y reprimir, nos controla. De la misma manera que el individuo con trauma que no enfrenta su pasado pasa a ser controlado por el, los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. O, quizás mejor pensado todavía, el pueblo que no quiere recordar de dónde viene no podrá ser arquitecto plenamente autónomo de su propio destino.
Se que puede ser fácil no pensarnos como descendientes de elites que han fallado y de pueblos esclavizados como animales. Creo que Latinoamérica es, en un sentido, producto de una violación. El “encuentro entre dos mundos” que se conmemora en octubre y diciembre fue feo.
Nadie quiere rememorar el servilismo pasado de los abuelos.
La mayoría de los dominicanos tenemos vínculos con el evangelicalismo y pienso hasta como tabú rememorar el origen. No tan distinto al origen del catolicismo en la isla, en un sentido, aunque esa herida es menos fresca. Puede estar igual de fea.
No quiero sobreabundar. Quiero mantenerlo simple. Me atrevo a afirmar que el descuido de nuestras reliquias delata renuencia, consciente o inconsciente, a enfrentar nuestro pasado. No trabajar nuestro pasado da neurosis.
Las grandes preguntas de la política:
¿Quién es la República Dominicana?
¿De dónde viene la República Dominicana?
¿Hacia dónde va la República Dominicana?
Si no vamos por buen camino, ¿cómo redireccionar el proyecto patrio?
Veo posible que desempolvar las reliquias amontonadas cogiendo polvo, y darles su justo lugar, sea un importante primer paso para la tarea obligatoria de responder esas interrogantes. Los símbolos son importantes...
Las catedrales católicas son majestuosas porque buscan transmitir el alto sentimiento que le tenemos a Dios. ¿Debemos hacer algo diferente si entendemos a nuestros museos como las catedrales de la dominicanidad? Reitero, si la colección de bicuís de abuela está en una esquina fea del cuarto de reguero, hay algo digno de análisis.
