Friday, May 8, 2020

Del precio del ser intelectual al ser intelectual como el precio del ser


        Del precio del ser intelectual al ser intelectual como el precio del ser

   “Dedicado a dos almas que se atrajeron para vibrar al unisono. Dos seres de luz que se entrelazaron en el firmamento para experimentarse mutuamente. Para aprender y, tal vez una vez cumplido al menos uno de sus cometidos, decidir verse menos. Decisión que repercute en que los encuentros sean ahora más inmateriales que con presencia física, aun dibujando sonrisas”-Anónimo.

            Quería originalmente trabajar el segundo tema. Hacerlo como una justificación, o intento de hacer ver como algo bueno, mi multipotencialidad. Sin embargo, el título que me daba un ohrwurm (palabra que usan los germanoparlantes para referirse al tener una melodía atascada en la cabeza) era el primero. Vi que podía, entonces, realizar un juego de palabras con lo que quería tratar sumandole la frase que casi con molestia me seguía picando. Tal cual el joven sociólogo Carlos cuando trató las ideas de Proudhon sobre la filosofía de la miseria en un texto que tituló La miseria de la filosofía.

            Empezaré diciendo que algunas personas creen que se de todo. A algunos le molesta eso. Creo que les asusta el conocimiento. Creo que es como cuando tenemos mucho tiempo en una recámara oscura y salimos al sol. Nos molesta. Al que no sabe qué está pasando le puede asustar. Otras personas consideran esto como nocivo al bienestar de la tribu, al bien común. Entienden que estamos mejor si todo el mundo se dedica a una sola cosa y la hace lo mejor posible.

            Ahora, el joven que no se identifica como heterosexual tiene que hacerse un todologo. Tiene que saber de derecho, por la discriminacion. Tiene que saber de psicologia. Tiene que saber de biología. Tiene que saber de religión, ya sea si opta por el ateismo o si opta por otra opción. Es bueno que sepa de defensa personal. Ahora que es gay, tambien tiene que saber de nutricion y ejercicio. Tiene que saber de historia. Y todo esto porque la sociedad no lo dejara ser. Desde que se levante hasta que se acueste, es defendiendo quién es. Creo que hay sociedades donde esto es mejor.

            Lo mismo del joven autista y del joven altamente sensible. Ser intelectual tiene su precio. Pero ,a veces, el ser intelectual es el precio del ser. Dice la Biblia: sino honren a Cristo como Señor en sus corazones. Estén siempre preparados a responder a todo el que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen.

            Algunas personas aceptan acríticamente todo lo que les dice la sociedad. Creo que el mundo no está para darse ese lujo. ¿O vamos a justificar un sistema donde se desperdicia más comida de la necesaria para solucionar el hambre? ¿O vamos a justificar un sistema que produce sufrimiento innecesario? ¿O vamos a justificar un sistema que no quiere salvar al medio?

            Ahora, la perspectiva del oprimido, es un tesoro. Desde el margen, podemos tener un bird’s eye view. No es salvar a los leopardos de un continente que tal vez jamás visites (cosa que puede ser muy importante), es el poder ser. Ese espermatozoide que no se rindió en el útero aún quiere dar la batalla. Creo que la voluntad para vivir que describe Schopenhauer es real. La razón es una herramienta en esta lucha.

            En cierto sentido, algunos pueden argumentar que esa es la moral de los esclavos. Que la gente debe hacer lo que quiera, y que al que no le guste que cierre los ojos. Sin embargo, el diálogo es importante para no arrancarnos la cabeza mutuamente. Creo que muchas veces la fuerza bruta no es la mejor opción.

            Después de todo, queremos lo mismo. Ser feliz, quedar bien con Dios, tener buenos políticos…

            Ahora, muchos se creen con la verdad absoluta. No expresan ideas en un compartir desapasionado donde mediante la razón podemos sacar algo útil. Sino, que quieren moldear al mundo a su imagen y semejanza. cueste lo que cueste. Algunos podemos tener objeción de conciencia.

            ¿Quien no quiere una mejor sociedad? Creo que todos, desde los deprimidos que se la pasan comiendo pizza hasta los seres superiores que describe Nietzsche.

            Ahora, si salgo a preguntar “¿Qué es una mejor sociedad?”, habrán temas recurrentes que los políticos deben trabajar, pero también discrepancia sincera. Ahí hay que mediar, porque hay un conflicto.

            No debemos depender de la opinión del otro para vivir. Pero, si quieres usar camisetas rojas, tienes deberes: no hacerle daño a nadie, ser sensible con las normas del lugar, tener tus impuestos al dia (y si es tu prerrogativa, asegurarte que se empleen bien), no traicionar a la República, obtenerlo con un trabajo digno y decoroso (que el estado debe garantizar, si cumples con tus deberes)... Nuestros deberes están establecidos en el artículo 75 de la constitución, por si quieren revisarlos. Porque el que nada debe, nada teme.

            Ahora bien, hay que tener etica. No siempre la ley refleja la ética. Y claro, el uso de la razón es importante cuando puede darse una coerción. Creo que nuestra tribu está enferma. Por eso creo que su opinión cuenta, pero no es absoluta. He dicho que después de Dios, somos nuestro mejor amigo. Y hay excepciones, pero hay que usar el caco para decidir qué se quiere, que se necesita y cómo obtenerlo. De ahi que entiendo que ser homosexual en la República Dominicana es una licenciatura. Como ese hay muchos ejemplos.

Me recuerda a una película en la cual el protagonista debe escoger entre tomar una de dos pastillas: la primera es roja y le permite conocer el mundo real, la segunda es azul y le permite vivir en feliz ignorancia. Yo agregaría que no todos podemos escoger qué píldora vamos a tomar. Pero bueno, dice un viejo adagio: conoceréis la verdad, y la verdad os hara libre.


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El geist dominicano

            ¿Que es la dominicanidad? En principio, diría que no lo se. Pudiese argumentar que el ser dominicano es sentir algo por nuestros ⅔ de isla, por la isla entera, por el Caribe, por Latinoamérica y por nuestras metrópolis tradicionales. Más creo que algunos dominicanos no sienten por la tierra y no creo que por ello sean menos dominicanos. Algunos se bañan con las aguas de mayo, otros no le dan mente o las rechazan con el catecismo que les fue inculcado. Algunos aman la comida dominicana, otros prefieren otras. A algunos se les mueve los pies cuando escuchan merengue, pero antes del trujillato ser un buen dominicano de categoría era rechazar el merengue. Algunos tenemos ancestros que están en esta isla desde antes de los ⅔ orientales llamarse “República Dominicana”, otros llegaron el otro dia. Algunos son católicos, otros protestantes, otros un menjurje raro. Algunos usan la palabra “menjurje” y otros no.

            Ahora, el otro día aprendí una palabra alemana: Geborgenheit. Creen que es una de las más bellas de ese idioma y se puede decir que es imposible de traducir. Dice una fuente que consulte que es un sentimiento frecuente en momentos emocionalmente intensos, como el regreso a casa luego de un largo tiempo, o sostener al ser amado. Básicamente significa existir y sentir intensamente en el momento.

            Yo he sentido mis geborgenheiten (le agrego -en al final a geborgenheit para usar la palabra en su forma plural). Siempre al llegar de viaje, empezaba a agudizarse cuando se divisaba el suelo dominicano, se intensificaban en el aterrizaje. Creo que se daba en esos vuelos, en esos momentos, la efervescencia que describe Durkheim. Los demas pasajeros locos por llegar…

            Entonces, llegaba al aeropuerto. Siempre preguntándome si mis compatriotas me identificaban como dominicano. A veces intentando dejarme sentir. Hablaba con acento dominicano con el oficial de migración. Si el gringo tenía una presencia en exceso severa, veía al dominicano light.

            Era entonces cuando salía y sentía el ardor de ese sol caribeño. Guey o Kachi como dirían los antepasados taínos. Sentía mi geborgenheit.

            Después fui a estudiar fuera. Había salido desilusionado con mi patria. Sentía mi geborgenheit cuando arribaba a esa tierra que había adoptado como otra patria. Pero después me dio morriña. En ese entonces me apasione por el misticismo natural, y hasta compre un libro sobre hablar con plantas. Practicaba algo en una montaña cercana a mi casa en Quebec, pero sentía mucho deseo de hacerlo en la tierra que me vio nacer. Siempre me han fascinado con pasíon las cuevas con petroglifos taínos, por ejemplo. Me gustaba ver las plantas dominicanos, diferentes a las del Norte. Llegaba y el geborgenheit que sentía al pisar suelo dominicano era mucho más intenso. Me rebosaba de emoción, deseaba besar el suelo, y sentir la brisa fresca más intensamente de lo posible en un dia normal.

            A veces salgo al aire libre, durante las noches dominicanas, y me da algo de geborgenheit. Si a veces, después de soportar tapones, humo y calor lo que menos quiero escuchar es un acento dominicano. Me da fernweh, que es melancolía por estar en un mismo lugar. Tengo mucho wanderlust, pasión por viajar.

            Hoy se dió el caso que tenía un poquito sin salir de casa por la cuarentena. Debí salir, con todas las precauciones de lugar, a hacer algo que no podía postergar. Salgo, y siento los rayos del sol tostandome ligeramente. Es la primera ocasión que lo siento después de aprender la palabra que ese pueblo tiene para describirlo. El geborgenheit por mi patria.
           
Es para mi el geborgenheit un coito con el geist de algo. Dicen los maestros espirituales de las artes amatorias que cuando nos acostamos con alguien, se da un intercambio de algo etereo. Creo que el geborgenheit es el sentir el geist de algo. Para muchos, el geborgenheit tal vez no guarde una necesaria relación con el geist. O sea, tal vez no sea un intercambio multidimensional con algo trascendental e inmaterial. Con la palabra geist, que significa espíritu en alemán, podemos referirnos a la esencia espiritual que todo lo permea. Así como se ha teorizado que el mundo tiene alma, creo que los pueblos del mundo tienen alma también. Me pregunto si entre el inconsciente colectivo de la humanidad y el inconsciente individual de cada psique, los grupos humanos tienen su inconsciente colectivo-individual. Las religiones, las nacionalidades, las filosofias politicas… ¿O no dicen que el que anda con cojos al año cojea? Y bueno, queria decir que creo que el pueblo dominicano tiene eso, un espíritu. Y que la dominicanidad es tener una relación con ese espíritu.

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