Sunday, May 3, 2020

De la sociolingüística histórica del pueblo alemán a la importancia de comer frutas y vegetales

             Quiero empezar diciendo que hoy aprendí una singularidad de la lengua alemana. Dicen que, fruto del contexto histórico y socioeconómico en que se desarrollan las lenguas, cada lengua es especialmente útil para algo. Hay quienes dicen que el español es la mejor para hablar con Dios. Otros alegan que el inglés es la mejor para los negocios. ¿Quién no ha escuchado que el francés es la lengua del amor? Yo entiendo que, posiblemente, la lengua de nuestros indígenas taínos sea única para expresar la hermandad e igualdad de todos los seres, o para desarrollar la ética. Creo que el hombre hace a la lengua en la misma medida en que la lengua hace al hombre. Entiendo que todo el mundo debería analizar la película Arrival (2016), que trata esta temática. Esta en Netflix de la RD.

En ese mismo tono, dada su fuerte tradición feudal, se comenta que el alemán es la lengua de las órdenes y el mando. Hoy aprendí que ese idioma encarna el estereotipo de la precisión de los alemanes. No me sorprende. Para dar órdenes hay que ser preciso. Usted no puede mandar a alguien a comprar cebollas. Debe indicar cantidad, para que no se aparezcan con más o con menos. Debe indicar sitio, para que no las compren donde las venden feas o muy caras. Estado, para que en el juídero, no las compren feas. Color, para que no le lleven rojas si a la visita le gusta la comida “menos gustosa”. Por eso, situaciones que en español e inglés requieren de al menos una oración para ser expresadas, en alemán se pueden decir con una sola palabra.

El mundo germanoparlante ha sido vital para la psicología como la conocemos hoy. Por eso, no me sorprendió aprender que los alemanes ya tenían una sola palabra para describir al “cerdo interno” que describí en una entrega pasada. ¿Prepara el dominio del alemán a una persona para dominar mejor el estudio del siquis?

En una entrega pasada, compartí lo aprendido sobre cómo tenemos dentro varias voces. En eso influyó nuestra evolución desde animales hasta lo que somos hoy. Algunos pueden rechinar cuando lean esto, pero me veo en la obligación de compartir ese punto. ¿Porque? Porque explica adecuadamente fenómenos que debemos comprender a fin de solucionar el grave problema de la obesidad.

Parte 2

Continuando con mi punto, nuestro cerebro evolucionó en etapas. La parte más vieja es la parte animal preocupada por la supervivencia. Esa parte nos manda a comer mucho porque eso nos cuida de morir en un hambruna. Más tarde vino el lóbulo frontal: la parte que nos dice que hay suficiente comida y que no debemos abusar de la grasa con azúcar por varios motivos. Entre ellos, alcanzar una figura estética y prevenir la enfermedad. Esas partes estån en pugna. Me parece cómico que eso que me hace requerir de al menos un párrafo para explicar, los alemanes lo resuelven con tan solo decir Innerer Schweinehund. O, perro-cerdo interno.

Investigue sobre el origen de ese constructo lingüístico a fin de analizar si la lengua alemana es más abundante que otras en cuanto a su riqueza en lo psicológico. No encontré algo, tal vez en alemán haya más material (lengua que espero dominar en el futuro).

Considero que todo el mundo debería ir a donde una terapeuta a trabajarse psicológicamente. En 20 años no se arrepentirán de los resultados. Yo me aplico ese consejo. Les cuento algo que me chocó. Compartí con mi terapeuta la teoría de que debíamos personificar la voz interior proveniente de la parte primitiva del cerebro para controlarla. Le pareció fenomenomal, y de hecho me comento que esa era la teoría de freud. Lo único que Freud teorizó estas diferentes partes del cerebro como el id, el ego y el superego. Hoy me doy cuenta que ese concepto que existe en la lengua alemana del Innerer Schweinehund no es más que una versión primera o prototípica de la teoría sobre el id de Sigmund Freud. Me surgen inquietudes de la sociolingüística histórica y el determinismo lingüístico. Como argumente unos párrafos antes, ¿Tenía Freud que ser alemán, o al menos dominar el alemán, para pensar como pensó? ¿Para hacerle a la ciencia el aporte que le hizo? Sospecho que si.

Nosotros los dominicanos tenemos constructos únicos tambien que nos permiten hacer aportes más ricos al conjunto de saberes humanos. Está la palabra “tigueraje” para describir un conjunto de valores y actitudes surgido de un pueblo oprimido. La frase “hacer ojos bonitos” para describir un fenómeno que ocurre durante los rituales durante el apareamiento humano.  Esta tambien la frase “comiendo boca”.

Parte 3

  En una entrega pasada, trate que me había propuesto comer al día tres porciones de frutas y cuatro de vegetales. De igual manera, mencioné que había optado por abstenerse de la harina, arroz blanco y el azúcar. Salvo por el pan con mermelada y jarabe de maple que uso para energizarme por la mañana antes de un workout, y algún poco de harina que le agregue a un guiso para espesarlo, venía cumpliendo eso.

            Ahora, sucedió que por algún motivo no planifique mis comidas. Me está gustando cocinar algo nutritivo con carne, legumbres y vegetales para a esa olla sacarle 4-6 porciones con mínimo 50 g de proteína cada una. No he tenido problemas guardando la comida hasta 72 horas en la nevera, porque hay que comer fresco.

El día que no planifique mi alimentación, opte por usar mi olla arrocera para prepararme un locrio de sardinas. Ese día, iba a ejercitarme por la tarde. Por lo que, al consumir menos carbohidratos por la mañana y con la decisión de ingerir menos carbohidratos por la noche, no vi problema con incluir en el almuerzo una porción de 250 calorías de arroz blanco.

            Al otro día, repetí el mismo procedimiento. Estaba antojado de hacer el mismo arroz pero con pechuga. Gusto de perfeccionar mis platos. Al día siguiente, volví a repetir lo mismo otra vez. Me río, porque fue al tercer día que logre estar conforme con mi creación usando mi olla arrocera nueva. Me crié comiendo arroz blanco. Sabia que comer menos habichuelas, vegetales y semillas para incluir arroz blanco no era lo mejor. Pero no pensé tendría problemas.   Es para mi el arroz un alimento placentero y reconfortante. Como dice Mark Sisson de The Primal Blueprint (con quien tengo diferencias, mas su obra me influyó en el pasado), el arroz blanco es de esos alimentos que no nos hacen mucho bien pero tampoco mucho mal si quemamos la energía que aporta.

No obstante eso, sucedió algo que en su momento me pareció un poco extraño. Me entraron muchas ganas de comer dulces. Ya había consumido un dulce de chocolate bajo en calorías, de esos que venden en el supermercado. Pero, me inundaban las ganas de comer algo dulce con crema. En el libro Eat What You Love se nos enseña que no debemos intentar matar los antojos con algo que verdaderamente no queramos. Eso me llevo a prescindir de hacer uso de un refresco de dieta para lidiar con las ganas de comer algo dulce. Pero entonces, recordé que tenía pudín de vainilla Jell-O sin azúcar. Opte por comerme una porción con dos fresas picadas dentro.

No me encanta hacer uso de esos recurso. Creo que el edulcorante artificial, si tiene su lugar, es en la más absoluta moderación. Pero me permito, en ocasiones, esa pequeña entrega al placer. Mi postre, la mayoría de las veces, es una porción de 20g de chocolate oscuro. Eso hace mejor. Pero bueno, decidí complacer ese antojo de una manera que no me desvié de mis lineamientos macronutricionales.

Ahora, fue en vano. Seguían azotando las ansias. Entonces, recordé otro consejo. No recuerdo si es de Never Binge Again o si es de Eat What You Love. Tal vez esta en ambos. Dice que a veces las ansias son una bendición porque es nuestro cuerpo buscando nutrientes. Debemos complacer las ansias, pero no con ese helado o pizza que la mente divisó, sino con algo cargado de nutrientes.

Hice uso de ese recurso. Me prepare un jugo con dos porciones de espinaca, polvo de moras acai, chlorella y espirulina. Eso me hizo maravillas. Me calmo poderosamente los deseos de hacer algo que me aleje de mis metas en el sector salud.

Fue entonces cuando hice el cálculo. Habían sido tres días comiendo una cantidad de calorías provenientes de un alimento poco nutritivo en detrimento de habichuelas, garbanzos, semillas de chía, espinaca, brócoli, coliflor, chlorella, espirulina y acai. Bien es cierto lo que dicen, no todas las calorías son iguales. Lo viví en carne propia. Los antojos no son más que el cuerpo o la mente gritando porque le falta algo. No es lo mismo 2000 calorías que vengan de la harina refinada, el azúcar refinada, el aceite parcialmente hidrogenada y la carne procesada que 2000 calorías que vengan de frutas, vegetales, legumbres, tubérculos, avena, aguacate, chocolate oscuro y almendras. Porque, esas primeras 2000 calorías no nos aportan los nutrientes necesarios, y por ende quien las ingiere va a desear aún más calorías sin sentirse satisfecho. Por algo le llaman calorías vacías. Ahora, en la segunda modalidad, el individuo puede sentirse contento y feliz.

Aprendí que mi jugo verde no es opcional. Pensé que no sería la gran cosa sustituirlo por arroz blanco, pero a mi cuerpo le faltaron los nutrientes y gritó. Tal vez no tenga que ver, pero el jugo que me calmó las ansias es rico en vitamina A y lo que la mente quería para satisfacer ese antojo era pizza, helado y milhojas. Todos fuentes de Vitamina A, si bien contienen características que convierten a esos alimentos (necesariamente) en aquellos que comemos más por placer que para nutrirnos

            Vuelvo a pensar en la disciplina. Ese jugo verde me hace bien en más de una forma. Originalmente pensé que me nutría maravillosamente, haciéndome sentir y funcionar mejor. Lo que no pensé es que eliminarlo tendría consecuencias negativas. Comer bien no es solo un sustituto de “comer mal”. Comer bien es una medida contra las ganas “incontrolables” de comer mal. Hay variables tanto biológicas como psicológicas y sociológicas que llevan a malas decisiones alimenticias. La buena noticia es que cada día se pueden tomar medidas para que estas subsanen.

            Combatir y evitar el kummerspeck (peso que se gana tras comer por ansiedad) puede requerir de astucia. Los mecanismos del Innerer Schweinehund pueden ser sutiles. Puede parecer un Schnapsidee (una idea tan estúpida que pudo haber sido ideada por una persona bajo los efectos del alcohol) todo eso hacer un kampf con nuestro innerer schweinehund para resolver los problemas del kummerspeck.

            Hay que evitar la rigidez. Ahora, un jugo de espinaca y chía al día mantienen alejadas la ansias de comer lo que nos hemos propuesto moderar. Comer bien no es malpasar, sino todo lo contrario. Debemos trabajar en armonía con nuestros cuerpos y nuestros cuerpos evolucionaron para sentirse bien con comida saludable. En el futuro pienso hacer mis propios helados saludables.

            Se puede comer arroz. No es como el azúcar. Los cambios que he hecho en mi vida me han hecho darme cuenta que una porción de helado comercial de 600 calorías me da “resaca” al otro dia. A veces me las ingenio para comer pan blanco y arroz blanco de una manera que no escape de mis requisitos en cuanto a macronutrientes. Ahora, me siento mejor cuando no lo hago. Y el jugo de espinacas no puede faltar. He notado dos alegrías. El contentamiento que resulta de darle al cuerpo gasolina premium numero 1A, versus la fugaz sonrisa de la entrega temporal al placer sensorial. El desbalance entre estos dos factores atenta contra la armonía. Recordemos que la templanza es una virtud.

“El balance es un sentimiento que viene del estar entero y completo; es una sensación de armonía”.  Joshua Ossenga.

No comments:

Post a Comment