Balaguer: sin juicio pero con discernimiento moral
Me sentí hoy conminado a dedicarle un espacio a la vida y obra de la figura de Joaquín Balaguer. El Doctor Joaquín Antonio Balaguer Ricardo me sigue mereciendo el más alto respeto y aprecio. No me gusta juzgarlo, a eso me referí en un post pasado con la frase que emití: “no me gusta sacarle la fusta”.
Con eso quería, y aun quiero, decir que sin pleno conocimiento de su vida interior, de su corazón, de datos que desconozco y quizás siempre sea así, creo el Doctor se llevó algunas cosas a la tumba y en el sepulcro están, no me gusta crear una “caricatura” de Balaguer para “darle fundazos” en aula o cualquier otro espacio en el que me toque participar.
No fue un santo, dicen algunos. Otros alegan lo contrario, el hombre que huía del pecado intencional. Es por eso que hoy no quiero juzgar, mas si compartir algunos juicios basandome en el discernimiento moral. Es importante esta diferencia.
A veces me han señalado que juzgo mucho. Me gusta responder “soy abogado, se supone que juzgue, es mi trabajo”. Y que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, no voy a alegar que quizás es posible que en ocasiones cometa el pecado contra el cual nos alertó Jesus Cristo. Mas si creo que es importante hacer una aclaración: no me gusta ignorar mi pecado y “prenderle la bocina” al del otro. Y si, es posible a veces se me vaya la mano con el tono; enseñan las escrituras en Gálatas que la corrección entre hermanos es vital, mas prescribe con el mismo ahínco la gentileza en la misma.
En la carta a los Hebreos se abunda sobre el deber cristiano de “juzgar” en el sentido de “emitir juicios de valor bien”. Dicha carta, tradicionalmente atribuída a Pablo, judio de nacimiento mas con ciudadania romana de nacimiento (posiblemente por lealtad de sus antepasados a Roma, común en la que se cree es su ciudad de origen), tiene a un Pablo que “echa un bochazo” muy interesante.
Le reclama a su audiencia que no están practicando el discernimiento y que, “a esta altura del juego”, todavía no pueden hacerlo ni siquiera porque necesitan “leche” espiritual y se refiere a los que, vía entrenamiento, están ejercitados para discernir el bien y el mal. Tal cual un entrenador le reclama a alguien que profesa que quiere ser culturista que ahora mismo deberían estar en sobrecarga progresiva (la teoria de que para progresar en el gimnasio, es bueno una tendencia hacia la alza en cuanto al volumen, la cantidad de series, el peso y/o las repeticiones), pero que el “pupilo” ni siquiera está yendo al gimnasio a las sesiones para entrenar en primer lugar.
Es de ahi que me sentí conminado y dispensado, valga la redundancia, para emprender una mirada a Balaguer sin “juzgar”, pero si “entrenando” el discernimiento moral. Creo que eso que he llamado “memes atavicos vestigales” fue algo a lo que se enfrentó Balaguer, y yo que busco de la política para el servicio como vocación me identifico con el. El Dr. Belarminio Ramirez hace referencia en la obra “Balaguer y Leonel: animales políticos en la jungla dominicana” a otro autor al cual Balaguer, en su pensar, es asiduo, en adición al cual usualmente se le ascribe: Azorín, junto con Maquiavelo.
Azorín dice que “el político” debe “cotizar su presencia”. Que no puede andar mucho “en el medio”. Que a veces es bueno que esté ausente y que se proyecte distante. Me chocó mucho esa enseñanza.
Dijo Pablo: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño”. Leer a Azorín me chocó un poco. No entendía del todo el azorinismo, pero aprendí a darme cuenta cuando otros políticos lo aplicaban. Me sentí en un “umbral liminal” de la adolescencia cognitiva.
Entendía que el azorinismo no era para mi, pero no criticaba al azorinista y hasta pensé que, quizás un día, yo mismo iba a sentir la necesidad de incursionar en azorinismo. Y eso pasó cuando me percate que existe la expectativa social del rol que, en ocasiones, genera tension (si es de un solo rol) y conflicto (si los roles se muestran incompatibles entre sí). La expectativa social del rol es algo que no está del todo desfasado, pero puede ser dañina cuando opera contra el bien del grupo.
Esto se manifiesta cuando, por ejemplo, una persona empieza a trabajar como voluntario limpiando playas y el que no va a limpiarlas le somete a un mayor “escrutinio moral”. Este tipo de conducta nociva se agrava en el caso dominicano por, entre otros factores, el maniqueísmo moral; en español, nuestra convulsa historia y la candela ademas de kankiña que cogemos los dominicanos todos los días nos predispone a la rigidez y el binarismo moral. Es algo que el dominicano hace para simplificarse la vida, al dominicano le gusta saber quien es “el bueno” o “el malo” de manera rápida por supervivencia.
No es unico el caso dominicano, en Estados Unidos tenemos “Go big or go home!”, en Inglaterra tenemos “In for a penny, in for a pound!”. Sin embargo, tan antigua como la verbalización de la glorificación del perfeccionismo, tenemos la cautela frente al mismo: por ejemplo, “más vale tarde que nunca” y “los extremos son malos”.
Veo en la tradición judeocristiana y, entre otras, el budismo, armonía entre ambos enfoques: se nos exhorta a que lo hagamos con todo nuestro corazón si es bueno, pero se nos recuerda que algunas cosas no podemos cambiar, que la gracia divina cubre lo que no pudimos hacer, que la paciencia es una virtud.
Pero entonces, en el caso dominicano y en el de otros países, veo la agravante del error proveniente de la masa irracional descrita por Le Bon, Freud, Ortega y Gasset, entre otros. Veo a Balaguer en esa disyuntiva: una masa irracional, proyectando expectativas inviables en una figura, cosa que es normal, y El Doctor pues evitando “andar mucho en el medio” para no decepcionar. Porque creo que el Doctor Joaquin Balaguer era un ser excepcional, pero al fin y al cabo, como Duarte también, un mortal de carne y huesos.
El dominicano valora mucho el trabajo, por ejemplo, de ahi que, especialmente tras la leyenda de la “enorme capacidad de trabajo de El Jefe”, un Doctor Balaguer o cualquier otro político diciendo que “está cansado” puede generar mucha desconfianza y decepción. Más, en las mismas escrituras Judeocristianas, el mismo evangelista Juan hace referencia al cansancio de Jesús (Jn 4:6).
No es fortuita una referencia al cansancio de Jesus en este capítulo que narra su encuentro con la mujer samaritana en el pozo. Hay quienes opinan, como N.T. Wright -obispo en la tradición que puede celebrar la eucaristía con cálices obsequiados por el papado- que el episodio con la mujer samaritana es un Jesus que quiere invitarnos a trascender las divisiones que nos hieren. De ahi que no me extraña que el evangelista empieza resaltando no lo que diferencia a Jesus del hombre mortal ordinario, sino lo que le asemeja a él.
Mi padre me marcó hace muchos años cuando, en un coloquio, compartió que el a sinceridad pensaba que si Jesus volvía al otro día, la humanidad le crucificaría nueva vez diciéndole “no estamos en eso, devuelvase, no estamos preparados”. Más maduro, esas palabras que mi padre pronunció creo que teniendo más o menos cuarenta años, han crecido en mi. Y es que no me molesta el que pide, me molesta el que pide cosas irrazonables, inviables, dañinas y hasta contradictorias porque eso es irracional, pero así es “la masa” que Balaguer cuidadosamente manejo, y ahi le veo mérito.
Hay heridas que creo que están sanando. En sociedad hay intereses que a veces no concilian por las buenas. De ahi el enorme número de torturados y desaparecidos durante el regimen de los 12 años.
Irónico que a Bosch no se le permitió hacer campaña electoral bien pero antes, deberán confiar en mi testimonio, en la página de la CIA sobre la República Dominicana se consideraba que “el país transitó a la democracia” en 1978, aunque tanto Estados Unidos como la OEA validaron y santiguaron los comicios que dieron como victorioso a Balaguer en 1966. Hoy, el CIA World Factbook presenta otro relato…Próximamente, quiero escribir sobre los Estados Unidos como país y como pueblo; del país cuya capital es D.C. Tengo el bosquejo listo…
Balaguer, considerado Padre de la Democracia junto a Bosch y Peña Gomez. Algunos no entienden esto, pero a su debido tiempo comprenderán la importancia de equiparar en mérito a los tres caudillos en el símbolo que es la triada de los Padres de la Democracia. Veo dicha triada, al igual que la de los trinitarios, ni una declaración de verdad absoluta a nivel lógico, ni mucho menos una fantochería política. Veo dicha triada como una manifestación de un pueblo que decidió abandonar divisiones estériles para echar pa’lante.
Y no que me molesten las divisiones. Al pan, pan y al vino, vino. Las tipologías, taxonomías, fronteras, límites son vitales, pero no fines por sí mismo sino los medios para otro fin: nuestro mejoramiento como especie. Y por tanto, el día que dejen de cumplir ese rol, es mejor decir “e’ pa’ fuera que van”.
Los pueblos, como los individuos, me parecen a mis 32 años sujetos arquitectos de su propio destino; ni escapan del hado, más tienen voz y voto en como hacen la historia en las circunstancias que no son, en el caso dominicano contemporáneo, de la escogencia de los dominicanos vivos hoy del todo. Me viene a la mente la doctrina de la santificación. De nuevo, cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño”. Recuerdo a predicadores enseñando que la vida devota al evangelio, la obediencia a los mandamientos, no era un castigo, ni un “correaso” que uno se pegaba a regañadientes porque es lo debido. Argumentaban que, en realidad, cuando Dios opera en el alma y corazón de un hombre, llega un punto en el cual de manera voluntaria dicho hombre se aleja del pecado por el simple motivo que no le encuentra más placer al pecado. Es ese mi más sincero deseo para el pueblo dominicano, mi pueblo natal: aborrecimiento genuino y sincero colectivo de lo mal hecho.
Dijo Calvino que el corazón humano es una fábrica de ídolos, y creo que el olvidarnos que hay algo bueno mas fuerte y poderoso que nosotros, para ponernos en su puesto, es parte fundamental de lo que anda mal con la República Dominicana. El liderazgo sin poder es mejor que el poder sin liderazgo para el que va a servir, y no a servirse. Si algún hombre más joven que yo lee esto, puede pensar que lo ideal sería ambas, y es así. Mas debo agregar lo siguiente: el mortal puede tener liderazgo (capacidad de influir) sin poder (habilidad de coercion), o vice-versa. Más la conjugación de ambas es un joint venture con “El de allá arriba”.
Es cuanto, desde la tribuna de la vida civil.
Espero, agrego de manera posdata, haber honrado la memoria de nuestros próceres y patricios con esta intervención escrita.
Prompt dado a ChatGPT: generate a thought provoking image for the dominican people regarding this article.
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