Keto esta caro
Alguien en UberEats de República Dominicana vende un desayuno keto que incluye medio aguacate, 2 tiras de tocino y 2 huevos fritos por 624 pesos. Algunas personas opinaron que ProConsumidor debería intervenir. Un usuario preguntó: “¿Qué opinas?”
No dejo de darle vueltas a este asunto. Dije, y reitero, que un margen de ganancia de hasta 300% se considera saludable para un restaurante. UberEats, si lo pides por ahí, cobra comisión al restaurante encima del delivery fee al usuario + propina al gig worker. Me parece razonable.
Aquí entre nos: soy abogado, 2 huevos prem-fritos en aceite nuevo, 2 tiras razonables de bacon normal (Chef, por ejemplo), medio aguacate criollo normal. Una hora de mano de obra. Yo no hago eso por menos de 740 pesos. Y si es por UberEats, hay que tomar en cuenta su comisión.
Y reitero, entiendo que una intervención estatal para control de precios no procede.
Sostengo lo que dije. Yo creo en la necesidad de un ente regulador imparcial velando por precios justos. Pero aquí no veo una industria oligopólica, price gouging, cartelización, etc., sino una MIPYME tratando de sobrevivir en la gig economy con una industria que requiere altos márgenes por ser un mercado de nicho.
Sin embargo, esto causó tanto revuelo en redes que interpreto que, en el fondo, el pueblo dominicano NO QUIERE un estado omnipotente, que fabrique miseria, por no darle su justo lugar al mercado y nos lleve a la servidumbre involuntaria.
Y es que, en el fondo, no creo que lo que incomodó sea una MIPYME tratando de sobrevivir o progresar. Creo que lo que incomodó es cómo esta mercancía a ese precio ilustra la privación relativa y la gran inequidad/desigualdad que aún prevalece en RD en detrimento del bienestar común de su posteridad.
Entonces, me quedé pensando en esa gran discusión de Twitter. Sentía a la gente incómoda; interpreto eso como que la gente no quería hablar de mi pensar sobre control de precios en restaurantes de lujo. Pero creo que es necesario interpretar ese deseo de hablar de los derechos de los consumidores y los desayunos de lujo con high markup como algo que, en el fondo, sí quieren tocar: la justicia redistributiva en nuestro contrato social.
En español llano, creo que los dominicanos hablando de esto y del control de precios es un síntoma, y yo explicando, o intentando explicar, cuándo procede y cuándo no el intervencionismo estatal. en los precios de los bienes y servicios, no era el problema ni la solución.
Fue, a mi juicio, un síntoma de un problema, y yo dando una explicación que podía aliviar la sintomatología, pero no “cortar” el problema/enfermedad de raíz. El problema no es el desayuno keto de lujo a precio exorbitante, ni que el usuario no quiera, como sugirieron algunos tuiteros, “coger pa’ la fritura” a comer barato. El problema es la gran privación relativa en el país más desigual de América Latina, y la solución es consensuar mejor sobre cómo está distribuida la riqueza en la República Dominicana.
Porque, como dijo Duarte, el General tras la gesta independentista con respecto a Haití liderado por Boyer, o tiranizado por Boyer ya por los años 1844: “Sed justos lo primero si queréis ser felices.”
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