Saturday, February 6, 2021

Selección enviada al concurso de cuentos Juan Bosch.

 ¡Hola! Escogí compartirles la producción que envie al Concurso de Cuento Juan Bosch. Hago mea culpa por lo amateurish de mi estilo en esta etapa. Espero les agrade, divierta, edifique y entretenga. Ya veremos si el poemario se pega en la proxima competencia donde admitan poesía.


El diagnóstico
Escrito por Un Votante Mas

    Había una vez un muchacho llamado Juan. Era Juan buenmozo, alto, esbelto. Aficionado de la policía y los temas espirituales, no le estaba yendo muy bien en la Universidad. Se encontraba ese sistema muy oprimente y un vestigio de la revolución industrial cuyo fin era domesticar a las masas e inhibir el pensamiento critico.

    Un día, tiene un problema muy fuerte con su tío, quien era como un padre para el. Entendía que su pariente le había faltado y quería justicia. La clamaba, destilaba rabia por los poros, se le nublo su raciocinio y la inexperiencia en aquello que muchos llaman vida se hacia palpablemente presente.

    Insistió en que unos profesionales médicos mediaran en el conflicto. No sabia que era un siquiatría, para aquel entonces, pero pensaba que cuando se tenia un problema serio era allí hacia donde se acudía. Por eso, insistió en que un medico de ese tipo mediara en el conflicto.

    Las cosas no salieron como Juan esperaba. En vez de que se equilibraran las balanzas, solamente se le dio a entender que no lo molestarían mas. Para complicar el asunto, sucedió no solo eso, si no que la siquiatra insistió, para su anuencia, que el debía verse con el neuropsicólogo con quien ella hacia dueto profesional. Ese muchacho tan bien parecido, que tampoco sabia que recórcholis era eso, también accedió.

    Un día, el neuropsicólogo decidió darle un diagnóstico. Ese joven, tan viejo rico, sintió que le habían quitado su virginidad cuando el licenciado le enseña una hoja de un talonario de recetas con las siguientes siglas: TOC, TEA (con un “Asperger’s” a su lado), TDAH y TEP. Le explico que el padecía de trastorno obsesivo compulsivo. Asimismo, le dijo que no le cabía la menor duda de que también era autista, o que tenia un síndrome de Asperger’s. No solo eso, sino que también tenia trastorno de déficit de atención hiperactivo y que le preocupaba sobremanera lo elevadísimo que tenia el trastorno esquizoide de la personalidad.

    A Juan le choco lo del TOC porque entendía que eso era como de mujeres. El diagnóstico de síndrome de Asperger’s lo despedazo por dentro, porque pensó que encima de todos los problemas que tenía ahora debía de cargar con ese. Le gusto mucho lo del TDAH, porque en el colegio le gustaban los chicos que tenían el “ei di di (ADD, como le llamaban en ingles)” porque siempre hacían payasadas y eran muy simpáticos, así como estaba listo para dar la batalla para darle a entender a este medico que era su decisión el medicarse con Ritalina, o el no hacerlo. Asimismo, le pareció preocupantemente gracioso lo del TEP. Preocupantemente gracioso, porque eso de “esquizoide” sonaba muy feo, pero sabia que influyo el que el arbitrariamente le respondiera al doctor en el examen SCID que le fascinaban las serpientes  cuando bien podía no hacerlo porque en aquel entonces, recién habiendo estudiado el tarot, todos los símbolos le fascinaban.

    Pero bueno, ahí estaba Juan en un frio consultorio amueblado con muebles que le parecían bonitos aunque abusaban un poco del plástico. Recibió su diagnóstico, metido en un folder de manera oficial por el profesional de la salud mental. Se estrecharon la mano. Juan no volvió a asistir a consultas con el, pero devoro todo lo relativo a su diagnóstico en internet.

    Pasaron los meses y después los años. Juan había dejado la universidad y se dedicaba a vagabundear y tiguerear con un pariente malandrín llamado Joel. En una ocasión, Joel le increpa sobre el porque el siempre se ve tan ñemo. Juan se moría por decirle que era porque “por su culpa” fumaba mas marihuana de la que le permitía ser funcional porque Joel encendía porros con excesiva manía. No obstante eso, a Juan simplemente se le ocurre decirle, desempolvando aquel traumático diagnóstico por primera vez en años que “a veces se ve ñemo porque tiene síndrome de Asperger’s”.

    Joel le interroga con sincera curiosidad: que cuando paso eso, que como así, que qué es eso, un sin numero de preguntas. Juan decide emplear su diagnóstico para presentársele como un ser superior: superior a las costumbres y manierismos sociales. Superior también en inteligencia, así bien algunas cosas como el trabajar con las manos no se le den tan bien.

    Pasaron los meses y Juan es internado en una clínica rehabilitadora para abusadores de sustancia porque su familia estaba sinceramente preocupada por los pasos que había dado desde que dejo la universidad. Al cabo de varias semanas, muchas personas habían comentado ciertas peculiaridades que tenia Juan. Juan, sintiéndose acorralado, decide sacar su diagnóstico de donde sea que estuviese metido y, al comentarlo, mágicamente sus problemas desaparecen. No era la única persona neurodiversa allí, y entendía que eso lo hacia mas fuerte.

    Un tiempo después, a nuestro Juan lo sacan de esa clínica y lleva una vida casi normal. Trabajo, estudio, pasatiempos saludables. En eso, se enamora de un chico español. Salen juntos en varias ocasiones.

Un día, el hombre se encojona. Sucede que Juan le recrimina por una conducta y este muchacho, Aitor, responde recriminándole a el por una multitud de conductas. A Juan le sorprende que le estén reclamando mas no el porque. Sucede que Aitor no soportaba que Juan vinculara temas que a simple vista no podían tener vinculación y que se distrajera con facilidad. El maquiavélico Juan, ya experimentado en usar su diagnóstico para salirse con la suya le dice: amor, lo que pasa es que tengo Asperger’s y TDAH.
Esa semana, Juan se siente como un genio incomprendido. Decide hacer activismo para la neurodiversidad. Encuentra una plétora de libros que argumentan que características como el trastorno de déficit de atención y el síndrome de Asperger’s son variantes normales, y hasta deseables, del espectro de cognición humana. Se siente discriminado por los neurotipicos. En el fondo les consideraba mediocres. Escribe mucho sobre el tema el señor Juan.

    Medio año mas tarde, en la intimidad de su consulta hipnotérapeutica, se abre sobre algo que le esta molestando. ¡nunca trabajó su diagnóstico de Asperger’s! Si bien es cierto que a Juan le fascinaban las características que hacían de su cognición algo único, también es cierto que notaba casi con vergüenza como las limitaciones de las personas con ese síndrome se le hacían real. Al increparle a su hipnoterapeuta por tercera vez sobre ello, esta le recomienda que vea a una neuropsicóloga y que salga de cualquier duda que pueda tener.

    De inmediato, Juan se ve con la neuropsicóloga. Tras varias pruebas, esta le revela algo que se le hubiese sentido como un balde de agua fría de no habérsele preparado para ello. ¡Usted no tiene ningún Asperger’s!, le dice la joven profesional. Esta, no obstante, si le considera valido el trastorno de personalidad. “Es usted esquizotípico”, le dice. “Tenemos que trabajar para que usted piense mas en lo terrenal en vez de en el mas allá”, le dice con seriedad y ligereza a la vez. “le gusta el gimnasio, por ejemplo… no lo deje, eso es importante, no todo es asistir a seancés (sesiones de espiritismo) con amigos los Sábados por la noche” le explica la joven.

Después de ahí, Juan se siente despedazado por dentro. Bien aficionado a la filosofía continental, desconfía con fuerza de la sicología y sus afanes hegemonizantes sobre los otros saberes. Encima de, la profesional venia de una universidad en un país cuya academia no era de su agrado. Era bien francófilo Juan. Tras buscar en internet, encontró a otro hipnotérapeuta de los Estados Unidos bien zambullido entre los resultados del buscador. El argumentaba que muchas veces patologizamos las sanas indagaciones de aquellos con el don de la sensibilidad. Esto le gusto a Juan. Aprendió a usar la palabra patologización y ya tenia un profesional que expresaba con elocuencia lo que el sentía pero no podía articular.

En eso, se sienta a escribir. Tenia sincera diferencias con la neuropsicología. O, al menos, la neuropsicología como la lleva una de sus mejores exponentes en la Republica Dominicana, país donde habitaba Juan. Por ejemplo, dijo que en los exámenes de inteligencia que se le pasaron, solamente midieron su inteligencia verbal y no verbal. Inteligencias importantes como la existencial, la ecología, la interpersonal, la intrapersonal y las sexual brillaban por su ausencia, adujo. Encima de eso, le pareció una pequeñez de pensamiento el que le hayan dicho que el gimnasio le ayudaría a centrarse menos en lo del mas allá y mas en la realidad porque, como buen neopagano, Juan invocaba a los dioses a la hora de entrenar y entendía que el codiciado índice de Adonis solo vendría invocando a ese mismo arquetipo, entendiendo la dimensiones espiritual de la glotonería, vicio que tanto puede sabotear a cualquier aspirante a fisicoculturista. Encima de eso,  se preguntaba ¿quién logra algo sin ayuda del dios cristiano? ¿no se supone que todo lo que hagamos sea para dios?

    Con indignación y preocupación, decidió consultar al tarot sobre si debía continuar o no este experimento con la neurosicológica. Para su sorpresa, el tarot le indico que llevándose acríticamente de esa joven, su desenlace estaría representado por el As de Oros y Los Enamorados. Lo interpreto como que si dejaba tocar de la neurosicología recibiría bendiciones tanto en el ámbito del dinero como del amor. Esto le sorprendió, pero decidió, en sus palabras “abrirse a esas bendiciones.

FIN

El demonio
Escrito por La Sombra

    Era Lucas un acomodado joven capitaleño que en los últimos meses había indagado en ocultismo. Por las vueltas que da la vida, había terminado en un  consultorio siquiátrico. Días antes de una visita con dormida al domicilio de su pareja, su doctor le había dicho que era posible empezara a escuchar voces. Lucas se asusto un poco, pero no le dio mucha mente al asunto.

    Al ponerse el sol, decide fumar unas bocanadas de cannabis y baja a la primera planta de su casa. Ya anteriormente había sentido que el cannabis le ayudaba a percibir realidades mas tenues que las que se percibían a simple vista ordinariamente. Esa noche, mientras caminaba por su solitaria cocina, escucha una voz que burlonamente le grita “baboso” en su cabeza. Percibía de una manera que no puede explicar en lenguaje ordinario que esa voz provenía de una frecuencia mas baja que a la cual el estaba acostumbrado. Su corazón le latió a millón del miedo, pero como paso bien breve lo deja pasar.

    Al otro día era Jueves por la noche. Sucede que al amanecer tenia consulta con el Dr. Heriberto, quien le había permitido que fumara cannabis en moderación. Le comenta eso a su pareja mientras suben a la azotea a disfrutar del humo resultante de la combustión de las flores de esa planta.

    Mientras fumaban, el curioso protagonista ve hacia el cielo y se sorprende sobremanera. La nube ha tomado una forma bien viva y clara de una serpiente cobra. El extraño suceso no termina ahí. La cobra que ve en las nubes se convierte, de buenas a primeras, en la efigie de un mujer con un niño que le recordaba a la Virgen María y al niño Jesús. Esta imagen se alterna con la de la serpiente. Incrédulo, y hasta asustado de que su pareja pensara que se volvió loco, le pregunta:

-“¿Ves lo mismo que yo?

A lo que su pareja responde
-“Si, lo estoy viendo”.

Sin creerle, le pregunta para reconfirmar
-“¿Ves una culebra y después de eso una virgen?”

Su pareja se lleva la mano al mentón y conteniendo un risa bien cómplice le responde
-“Si”.

    Lucas se queda absorto contemplando la imagen. Su pareja intenta hacerle conversación. En eso deciden bajar de la azotea.

    Proceden a ingresar a la recamara principal. Ponen una película. En cuanto se acuestan, Lucas percibe algo que considero extraño

    Lucas intenta recostarse y relajarse, mas siente algo muy extraño. Siente una energía como queriéndose liberar desde el interior de su pelvis. Empieza a contorsionarse controladamente. Su pareja le pregunta que esta haciendo a lo que el le miente espetándole un “ejercicios de yoga”. Movía su pelvis de arriba hacia abajo sintiendo una energía muy viva dentro de esa área de su cuerpo.

Escucha en su cabeza, simultáneamente, la voz recriminantes de un pariente, diciéndole que “algo estaba muy duro”. Lucas lo interpreto como que era su cara la que estaba en exceso severa. Había sido un día en el cual se había comportado de manera soez con sus parientes en el banquete del día de las madres. Se pierde Lucas en un espiral de recriminaciones y su pelvis se seguía contorsionando como si hubiese cobrado vida propia.
    
    Moría por pedirle ayuda a su pareja. Pero no quería abusar de su comprensión, aunque esta había admitido que también vio la visión en el cielo de hace una hora. Entre las recriminaciones de su pariente, había ahora una entidad etérea gritándole baboso.

Solo atino a decirle
-“Me siento raro”.

A lo que su pareja responde
-“¿Raro como?”.

Esperando que su objeto de devoción se llevara la indirecta, en vista de que estaba seguro estaba siendo victima de un ataque demoniaco, responde
-“como con ganas de rezar”.

    Fue lo ultimo que  atino a decir en ese inicio de una pugna entre el bien y el mal que se liberaba en su interior. Recordó como una pariente, tildada de una fanática evangélica por muchos, le enseño que en casos de ataques del maligno debía cubrirse de la sangre de Jesús y expulsar a cualquier espíritu malévolo en su nombre.

    No obstante eso, no era tan sencillo. La entidad ahogaba sus voz interior cada vez que intentaba rezar. Era tanto el estrés y el poder de la entidad, que solo podía atinar a intentar rezar un “Padre Nuestro”. Sentía, cada vez que intentaba orar, algo agarrándole la boca. Ese algo no se lo permitía.

    Pero siguió Lucas intentándolo con todas sus fuerzas. Con toda su convicción. Saco fortaleza de donde no tenia, y al final logro formular la oración en su interior. Cuando la dijo por completo, sintió como si hubiese roto alguna especie de barrera, sintió como que estaba en una copa de agua que de repente se rompió.

    En eso, ya nuestro héroe vuelto en si, su pareja la pregunta algo. El procede a simplemente salirse de la habitación, pues estaba fuera de si. Presintió, como en efecto sucedió, que solo necesitaba unos momentos para recomponerse de ese duelo astral.

    Se sentó en una silla de la sala, y tomo un periódico. Era incapaz de leer. Años mas tarde aprendería que cuando se usa muy intensamente el hemisferio derecho del cerebro, el izquierdo tarda un poquito en volver en si.

    Tras intercambiar unas cuantas palabras, pues su pareja pululaba su alrededor, tal vez para asegurarse que todo estaba bien, Lucas le pregunta si noto algo extraño hace unos minutos en la habitación. Su pareja le dice que si, que se fue por unos instantes, que sus ojos se viraron para atrás.

-“¿no sentiste algo tenso el ambiente también?” pregunto Lucas
-Si, le contesto aquella persona con quien esa noche compartía lecho.

    Sin mas, Lucas decide contemplar un cuadro de la virgen de la Altagracia que estaba a la altura de los ojos cuando uno se hallaba sentado. Enciende un habano, queriendo hacer algo de brujería dominicana sin saber como hacerlo. Decide hablarle un poco a Anaysa mientras contemplaba la maternal imagen que emanaba calor y fumaba tabaco barato. Al otro día le cuenta su experiencia al Dr. Heriberto. Este, que no gozaba de su total confianza aun, le pregunta si le puede obsequiar un rosario bendecido para que se auxilie del en ocasiones como estas. Lucas acepta, mas el Dr. Heriberto no encuentra el sacramental.

    Pasaron los años y a Lucas le paso de todo tanto en este plano como en del mas allá, que había visitado en un par de ocasiones. Un día, ya habiendo superado esa experiencia, se encontraba a media noche fumando cannabis y escuchando música en su recamara. Escucha nueva vez la misma voz diciéndole “baboso”.

    Pero ahora, Lucas la sintió mas débil. Había estado viendo programas de exorcismos y demás experiencias paranormales en la televisión y recordó que cuando se lidia con demonios lo mas importante es conseguir su nombre.
-“Dime tu nombre, demonio”-le espeto con todas sus fuerzas a esa entidad que por algún motivo había optado por no materializarse.

Intento orar y sintió el mismo mecanismo de defensa de la entidad, pero algo mas débil. Estaba asustado, Lucas, mas no tanto como la primera ocasión. Rezaba un padre nuestro tras otro a la vez que le demandaba su nombre. En una, la entidad se da por vencida y grita “Belcebú”. Lucas recuerda que en sus indagaciones sobre el ocultismo occidental, obtener el nombre de un demonio te da poder sobre el.

Hoy día, por ahí anda Lucas. Entiende que Belcebú le escogió por algo, que Dios tal vez lo mando, que esta en su destino domar demonios como hacia el Rey Salomón o tal vez, simplemente, tiene una vena demonólatra. No le sorprendería. Le ha pedido un par de favores a Belcebú, mas el no ha comprobado que esa entidad le haya trabajado aun. Es Lucas un ser totalmente funcional, que se decanta por el Bien, sin entender del todo que esta bien, que esta mal y como determinarlo.

FIN



La Mucama.
Escrito por Truenos Majestuosos

    Era José un estudiante universitario al que siempre le habían gustado la política y los temas de religión, así como los temas de historia. A sus 18 años se encontraba estudiando derecho en una prestigiosa universidad privada de la Republica Dominicana. Esto era así porque casi todo el mundo le decía, desde que tenía uso de razón, que si le gustaba la política debía estudiar derecho.

    No obstante eso, decide marcharse a estudiar fuera porque llega a términos con su preferencia sexual. Un día se da cuenta, tal cual una epifanía, que no es heterosexual. Escapaba de la realidad, para aquel entonces, leyendo un periódico en línea de una minúscula organización trotskista de los Estados Unidos y los escritos de un gran maestro dominicano, fundador del partido de poder de aquel entonces. Dio varios alegatos a sus padres con respecto al porque marcharse a los Estados Unidos o al Canadá era una decisión sensata. Ninguno de esos motivos fue que se sentía oprimido por su deseo homosexual en el entorno que lo tocó nacer.

    Se marcha al Canadá. Se dedica a fumar mucha marihuana, a beber desmesuradamente y a tener mucho sexo. Echa por la ventana cualquier tipo de responsabilidad. No obstante eso, llama la atención de algunos de sus profesores por brillantez. Contacta tanto con grupos socialistas como con el movimiento social LGBTIQ y ve las puertas abiertas en todas esas organizaciones, tal vez por su carisma y discurso.

    Pasan los meses y el joven José debe regresar a su hogar de Santo Domingo por motivo de las vacaciones. José no quería, pero no le vio escapatoria a la situación. Sus notas universitarias ciertamente le desmotivaban, pero era al oprimente y cerrado ambiente al que le temía. Como quien camino a su martirio abordó el avión y abandono su nuevo hogar en pos del anterior.

Llego a su hogar. Se sorprende porque una de las mucamas, a quien quería mucho por su dulzura y entrega a sus labores, estaba visiblemente mas gorda. El había leído con anterioridad sobre el problema del sobrepeso e identifico, por el lugar donde se le habían acumulado las nuevas reservas de grasa a la mucama, como ocasionado por el estrés su aumento de peso. Se lo comenta a su madre, y le pide que la lleven mas suave, alegando que es una muy buena y trabajadora mucama. Años después José hacia la historia y no recordaba si alegó motivos como el respeto a su humanidad y dignidad innatas también.

Al otro día, se levanta a eso de las siete y pico como acostumbraba hacer esos días. Se toma una infusión depurativa y energizante antes de usar su computador por una hora. En ese entonces le fascinaban temas como la espiritualidad relacionada con la política. Entre las tesis con las que lidiaba había una que el juzgaba de interesante en extremo y le cautivaba con intermitente obsesividad. Era aquella de sobre si la serpiente del Jardín de Edén ha sido históricamente calumniada.

Tras investigar esa y las otras tesis que le cautivaban tras un viaje de LSD, decide ir a hacerle compañía a su padre Tiburcio como de costumbre. Con la pipa de su padre da su primera fumada cannábica del día y le increpa sobre si ya el fumo, a lo que le responde de manera afirmativa.  José entonces se acuesta en la cama matrimonial de sus padres junta a el y quiere charlar amenamente, mas su papa se encuentra absorto en su telenovela. En eso da el medio día y se disponen a comer. Antes de partir al comedor su papa le recuerda a José que debe limpiar el área donde fumo. Le dice que si su mamá se entera que ambos fuman marihuana habrían consecuencias desastrosas.

La infeliz mucama, que siempre exhibía una sonrisa, les sirve. Le pregunta a don Tiburcio por como esta la comida, desbordando alegría, mas el señor Tiburcio solo le responde con acidez y enojo. Se tensa el ambiente. José, con los ojos aguados, termina su comida. Don Tiburcio, al ver que su hijo no se marcha a su cuarto a reposar con el como solían hacer durante esas vacaciones pone cara de incredulidad mientras José pulula por la terraza.

En eso, se arma de valor José. Se pregunta, mientras subía las escaleras que llevaban desde la sala hasta los aposentos, si debía llamarle la atención a su padre. En eso ve la efigie de una serpiente en la pared de las escaleras, un rayón en la pared que parecía una culebra y que es lo primero que ve cuando se hace la pregunta.

Llega hasta la segunda planta y abre José la puerta del cuarto que don Tiburcio compartía con su madre y le dice su parecer sobre lo que acaba de pasar. Le dice a su padre que eso no es correcto, lo que el acaba de hacer. Que la mucama, Cristina, era muy dulce y trabajadora para merecer ese trato. Instantáneamente, sucede lo que José en el fondo sabia seria lo primero en pasar. Su padre le hace ademanes que evocan su fumadera compartida de marihuana sin decir nada concreto. José le dice que una cosa no tiene que ver con la otra, y le da su teoría sobre el engordamiento de Cristina. Al escuchar esto, su padre baja la mirada y le dice que “ok”.

José sale del cuarto y le implora al destino por una señal de que actuó bien. Entonces desciende sobre el un torrente de energía, tan ligero como placentero, que va desde la punta de su cabeza hasta su estomago. Eso le había pasado ya y lo toma como confirmación divina de que ese momento era importante y estaba escrito en su destino. Contempla el rayón que aparentaba ser una efigie de serpiente una vez mas. Algunos autores de su investigación sobre el reptil del libro del Génesis señalaban a la serpiente del Jardín de Edén como traedora de la Sabiduría a la humanidad, aliada de la liberación de la humanidad. Se pregunto al ver el rayón de la pared si actitudes como esas estaban en consonancia con lo que era el ser un ser libre que luche por la libertad del mundo.

Se dirige al cuarto de servicio. Le cuenta a la mucama Cristina lo hablado con su padre. Esta agacha la cabeza con mucho agradecimiento y conteniendo lagrimas de felicidad. Le da las gracias, llamándole mi’jo. Esa noche su padre le dice que hablo con la muchacha y que le admitió que estuvo mal su actitud. José lo ve con beneplácito. Se encontraba esperanzado de que el trato que percibió como indignante a Cristina subsanara. En el fondo, se encontraba a la vez medio asustado y medio felizmente satisfecho con el poder que desarrollaba por encima de las otras personas.

FIN

El político
Escrito por La Separación Reunida.

    Era Martin un político de derechas, todo un darling para el establishment. Un día asiste a una conferencia en Washington D.C. que prometía reunir a los mas prominentes liderazgos juveniles del mundo. Un día, mientras compraba un café, escucha a lo lejos una discusión sobre el salario mínimo. Con mucha confianza y autoestima tras años de devorar todo lo que producía el Instituto CATO y los seguidores modernos de Ayn Rand, se une a la conversación. Duro horas discutiendo con un joven llamado Leoncio, a quien acuso de marxista tras degustar su elección de vocabulario en la elaboración de un argumento. A la hora de partir Leoncio le espeta gentilmente “Tienes un compromiso con los pueblos del mundo, en este instante te llaman y brindan un ramo de olivo”. Regresó a su casa con mucha ansia de leer y conversar sobre lo discutido con aquel sujeto. Ponderó cambiar bruscamente de posición. El hambre de poder que le surgió también le sugería hacer política mas a la criolla.

    Terminó Martin su maestría en Política y Globalización. Fue un final feliz de estudios. Había comentado con familiares y amigos la posibilidad de dar un giro hacia la izquierda. Sufrió el rechazo de la sociedad.

    Un día, ve una nueva organización política de tendencia Socialista Democrática. Estaban buscando miembros. Vio una oportunidad.

    Antes de ingresar, decide ir a las montañas a meditar. Emprendió el viaje. De camino a las montañas que escalaria, se detuvo a beberse un café en un campo que estaba al borde de un precipicio. Allí, después de pagar, contempla el paisaje y se le acerca una señora muy entrada en años. Le dice, tras examinarlo brevemente, “papa Dios te manda a decir que sigas tu corazón”. Le inundaron los escalofríos y se le salieron las lagrimas que desde la conferencia en Washington tenia contenidas.

    Se une al partido, que estaba a punto de celebrar unas primarias. Es electo Vice-Presidente. Esto lo arroja hacia lo desconocido. Una inmensa cantidad de personas lo empiezan a reconocer en publico. Con una llamada telefónica, hace y deshace la realidad a su antojo. Una multitud contrata los servicios de su bufete de abogados, pues todos quieren el visto bueno de ese político que esta ascendiendo mas rápido que un cohete, a según el vox populi. Lentamente va penetrado el mundo de la política como quien se adentra hacia la panza de una ballena.

    Un día, sin embargo, le comunican que debe prestarle mas atención a la gran empresa que había heredado su madre. Los todopoderosos empresarios aglutinados en sus respectivos gremios querían verle mas integrado al aparato productivo nacional antes de darle el visto bueno. Relanzar su empresa como un conglomerado socialmente responsable y, encima de eso, lucrativo le presento muchos desafíos.

    Sabia que había mucho trabajo por delante. Sucede que, mientras balanceaba sus mil compromisos políticos con los compromisos empresariales, se sintió desahuciado frente a los trajines de la vida. Esa noche se acostó temprano y concilio el sueño de inmediato.

    Mientras soñaba, se vio abrazado por una mujer mientras descansaba en su regazo. Alzo los ojos, y vio que era la Virgen María. Se perdió en la ternura de sus ojos. Se despertó con una sonrisa. El cálido amor que emanaba de María le acompaño por largo rato.

    Al atardecer, le hicieron una oferta que le permitiría ganar una inmensa cantidad de dinero. Al efectivo lo amaba y le temía a la vez. Le provocaba mucho miedo pero también mucha esperanza. Debía reunirse con el hombre mas rico del país a fin de concretar la oferta.

    Ese hombre, quien era un fanático religioso, le ofreció villas y castillas. A cambio debía reprimir la religiosidad popular. De aceptar, le apoyaría en su llegada a la presidencia de la nación.

    Decide tomarse una copa con un amigo para escuchar su consejo. La mente le estaba volviendo loco. Ve que su invitado se para al baño en repetidas ocasiones. Le pregunta “¿qué es lo que haces” tras ver un poco de polvo blanco en su nariz.

Unos días después, el país se levanta con el trato concretado. Entendió que el poder todo lo valía porque todo lo podía, o al menos eso racionalizó. Aquel hombre rico era propietario de periódicos y el empezó a repuntar en todas las encuestas.

Se reunía a menudo con aquel amigo y parrandeaban hasta el amanecer. El trato le había granjeado el acceso a los clubes mas exclusivos. Empezó a descuidar sus labores. Decide asistir a una reunión de doce pasos en línea. Estaba renuente. Se desahogo con los presentes virtualmente sobre como aquel trato le producía una culpa que lo carcomía. Una figura publica, que lo había estado escuchando, decide ayudarlo. Le habla sobre moral y deber, y sobre como el poder que viene desde lo alto no se somete a las veleidades humanas. Sigue trabajando arduamente los principios del programa de doce pasos.

Decide escribir unos tweets excusándose por su ausencia y defendiendo las libertades religiosas. No había caído tan hondo. Decide continuar su proyecto sin padrinos, así no llegue. Hace una recolecta de fondos abierta al publica, y consigue un buen dinero. Era tal vez cuatro veces menos que lo que ofreció aquel “amo”, pero se sentía pleno. Se perdonó por el pasado, y adoptó unas cuantas disciplinas místicas.

Su amigo Leoncio se convirtió en diputado. El hombre rico fue condenado por lavado de activos. La figura publica sigue pregonando los beneficios de la templanza. Martin funda una fundación. Otro candidato le lleva la delantera en las encuestas, pero la mayoría de los transeúntes dicen que son fraudulentas. Dicen que así mismo serán las elecciones. No obstante eso, ahí sigue Martin proliferando el pensamiento marxista-leninista en finos turtlenecks estadounidenses mientras bebe café de la paletera. Algunos dicen que adopto la filosofía izquierdista en busca de amor.



















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