Sintiéndome
llamado a la dimensión femenina de lo divino, hace un tiempo leí
una parte de “Las glorias de Maria” de San Alfonoso de Ligouori y
las ansias de descansar en las reconfortantes faldas de la Virgen
Maria se me intensificaron. Desde ese entonces, mi amor a la Virgen
se ha hecho mas fuerte y veo con una devoción más profunda a la
madre de Dios cada vez que voy a la Misa a fortalecerme con los
sacramentos.
Con eso
dicho, quisiera relacionar el ser devoto de una mujer extraordinaria
y única en su ministerio, así como también de su hijo, con el
necesario y firme compromiso que debemos tener para con la justicia
social Por ejemplo, no puedo ser devoto de la Virgen y a la vez
permanecer silente frente a las injusticias que enfrentan las
mujeres.
Empecemos
por la inequidad salarial: dice un reportaje en el periodico El Dia
que Las mujeres reciben 83.8 % del salario que reciben los
hombres. En trabajo formal estas reciben el 90.1 %, mientras que en
el informal llegan al 65.2 %. Esto quiere decir que en el sector
informal las mujeres están recibiendo solo 65 pesos con 20 centavos
por cada 100 pesos que reciben los hombres. Incluso en los países
desarrollados esto se da así, mas menos pronunciadamente. Hay que
trabajar por que se otorgue el mismo salario por una misma labor
realizada irrespectivamente de sexo, raza, edad, religión,
procedencia nacional, orientación sexual, credo político, estatus
migratorio y cualquier otro marcador sea de la índole que sea.
Ademas de lo
visto anteriormente, toda madre realiza otro trabajo
irrespectivamente de su labor formal, dandole a la palabra trabajo el
significado de darle valor a algo. Esto lo hace preparando, para la
clase empresarial, los trabajadores y trabajadoras del futuro y por
esta labor no se les paga nada. Más aun, hay quienes abogan por el
recorte de las ayudas maternas por entenderlas como inventivos a la
vagancia cuando no todas las madres pueden buscarse uno, dos y a
veces hasta tres empleos a fin de poder nutrir a sus hijos
adecuadamente. No todos tienen una abuela, tia o prima que pueda
hacerse cargo de la criatura y, sin embargo, ahí esta la madre
preparando a su hijo para ser fructífero en nuestro sistema. A esto
se le ha llamado, dandole mas amplitud al termino, la labor no paga
del hogar. Si las madres se negaran a criar hijos, el sistema
sufriría una deficit de trabajadores, y solo con un superávit
pueden los que pagan los salarios bajarlos y coartar el derecho a
huelga dandole de baja a los huelguistas, en teoría.
Existe
también la evidencia de que estos primeros años son vitales para el
futuro desenvolvimiento del niño o niña, por lo que una mama
víctima de la mala distribución de la riqueza nacional, una mamá a
la que se le niegan oportunidades perpetúa, sin quererlo, estas
desigualdades sociales cuando por no poderle dar a su niño
alimentación de calidad este acarrea consecuencias en la universidad
y en la vida laboral fruto de la desnutrición infantil que afectó
el buen desarrollo del cerebro.
Por eso,
algunas mujeres optan por permanecer en relaciones abusivas. La
violencia que muchas mujeres en relaciones abusivas soportan a fin de
poder legarle mejores oportunidades económicas a sus hijos es
inaceptable, mas fruto de un sistema injusto. Que el miedo a que su
hijo o hija no tenga oportunidades jamás haga que una mujer soporte
violencia de genero ya sea en maltrato verbal, maltrato físico o
maltrato psicológico. Para eso debemos forjar un estado fuerte que
acompañe a las madres solteras y a las familias.
Le he echado
un buen vistazo a las diferentes teorías sobre los roles de genero,
en el cristianismo se habla de igualitarismo versus complementarismo,
y creo que los hombres y las mujeres no somos iguales. Debido a mi
falta de dominio sobre la evidencia científica deseo alejarme de
discusiones con respecto a las diferencias biológicas entre los
sexos, mas esto no excluye el hecho de que conductas que queramos
presentar como de mujeres (construcción social de los roles de
genero) sean no naturales y perniciosas. Digase, al menos algunas de
las conductas que le enseñemos a una niña que son “de mujeres”
hay evidencia que pueden perjudicarlas a la hora de buscar un alza
salarial o verse en una situación sexual indeseada. Es necesario por
ende mantener un firme compromiso con la equidad y la libertad de
ser.
No siempre
he estado de lado con lo que llaman derechos reproductivos, influido
por el discurso religioso, mas creo que estar a favor de las tres
causales es pararse del lado correcto de la historia porque creo que
en ciertas circunstancias es éticamente justificable la terminación
del embarazo. La ley debe de estar en consonancia con la bioética.
Visto todo
esto mas los temas que faltaron, hago un llamado a saldar la deuda
histórica con la mujer. Hagamos realidad el mandato constitucional
que dicta la equidad entre hombres y mujeres, y luchemos por una
sociedad en la que todos podamos ser felices. ¡Por la trabajadora
mujer del campo y la ciudad!
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