Más sobre la tríada

     Quisiera agregar, a modo de complemento a lo anteriormente escrito sobre el tema (ver aqui: http://caballitodemar21.blogspot.com/2018/07/un-dia-como-hoy-nos-deparo-duarte.html y http://caballitodemar21.blogspot.com/2018/07/loas-sanchez.html) que en la consolidación del poder omnímodo por parte de Lilís este se vio en la deseabilidad de unificar dos tendencias políticas. ¿Cuales dos tendencias políticas debía unificar Lilís a fin de erigirse como amo y señor de los destinos dominicanos? Pues aquellas dos que habían monopolizado las primera decadas de la República: el baecismo y el santanismo.

     Mella era santanista y Sanchez era baecista. Así, eternizando sus méritos a la par de los de Duarte mediante la legislación a favor de la tríada , Lilís emplea los símbolos para -complementadolo con el accionar económico correspondiente, o intentado complementarlo con el accionar económico correspondiente- granjearse el apoyo de corrientes de poder disímiles en aquel entonces: los herederos de los hateros (recordar que los hateros fueron anexionistas y Lilís se forjó en la lucha restauradora) y los herederos de los pequeños burgueses o comerciantes. Vale la pena mencionar aquí, también, que el hijo de Sánchez era un relevante seguidor de Lilís y ,lógicamente, abanderado de la eternización de los méritos de su padre con los del patricio.

     Vale la pena decir también que a la postre de estos días Duarte se mantuvo alejado de la vida política nacional y no se le puede aplicar la mote de santanista o baecista. La recién nacida Republica contó con los servicios de Sánchez y Mella una vez mas al momento de luchar contra la Anexión, sin que esto borre su devoción (¿o miedo?) hacia Buenaventura Baez (que, según algunos, hereda la base social seguidora de Duarte al salir este del país) y Pedro Santana (cuya espada es, según algunos, necesaria para la preservación de la independencia con respecto a Haití). 

      Como curiosidad, quisiera mencionar también que he leído en ciertos sitios que se pudiera considerar a Leonel Fernández como heredero histórico del baecismo y a Hipólito Mejia como heredero histórico del santanismo, proposición que en su momento trataré.