¡Hacia la plenitud...!

¡Hacia la plenitud...! 

A veces, la gente cree que no sabe lo que el otro quiere si da muchos "golpes de timón". Yo alego lo contrario; todos queremos lo mismo: salud. Eso abarca dinero, felicidad, una buena pareja y la presencia además de la guía divina en nuestra vida. 

El meollo es que no todos sabemos cual es el mejor camino para llegar al máximo nivel posible de salud en esta vida. Máximo nivel posible de salud tanto en mente como cuerpo y espíritu. 

Digo el máximo nivel de salud posible porque creo que la salud plena es imposible. 

Los teólogos conservadores pueden afirmar "a mundo caído por el pecado, cuerpo y mente caídos por el pecado". Los teólogos liberales, de la teología de la liberación y el evangelio social hablan incluso del pecado estructural imbuido en el sistema capitalista. 

Freud, del mundo secular, lo expresa muy elegantemente con su teoría de que uno de los descontentos de la civilización es que la felicidad plena requiere poder vivir en civilización y darle rienda suelta a todos nuestros impulsos, lo cual es imposible. Es o una u la otra. 

No creo que preguntarme "¿qué quieres?" sea buena idea porque puedo contestarte "ganarme un trillón de dólares en un sorteo". Pero no es una cuenta bancaria gigantesca lo que yo y muchas personas maduras buscamos, sino la libertad que eso da. Y la salud que puede brindar.

Aunque tan importante como un ingreso fijo fruto de un empleo digno que amemos y/o un portafolio de activos que generan ingreso pasivos que no nos pique en la conciencia, es la verdad. Dice la palabra: conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.

Creo que el que quiere dinero lo que quiere es libertad, y no hay libertad sin verdad. Y Dios es Verdad. ¿Entonces, qué quiero? Libertad de todo lo malo: enfermedad, carencia, infelicidad y vicio. Yo sé lo que quiero, lo que desconozco es el mejor camino y manera para conseguirlo... 

Yo quiero éxito pleno, me pregunto si algún hombre en la historia lo ha conseguido. Algunos pensarán en Jesús y Buda. 

Para usar el ejemplo de Jesus, vemos que cumplió con la voluntad de Dios padre para con su vida a la perfección. Dicen los teólogos de la prosperidad que el prerrequisito para las abundantes bendiciones de Dios en todos los ámbitos está el cumplimiento a lo mejor de nuestra habilidad de los mandamientos divinos.

No soy asiduo a decir que todas las religiones enseñan lo mismo: el amor. No creo que sea así de sencillo. Porque, ¿qué es el amor?. ¡Todas las religiones difieren, aunque ciertamente vemos elementos que se repiten en lo que algunos han llamado la sabiduría perenne! 

Si observo que las múltiples religiones teístas, desde el cristianismo hasta el paganismo helénico, si las vemos a todas en conjunto, opinan que perseguir la virtud es lo fundamental. ¿Qué? ¿Como? ¿Por qué? ¡Ahí están las diferencias! Busco la perfección y la excelencia que se logra cultivando la virtud iluminado por Sabiduría, admitiendome como ser humano falible; a veces más que otros. 

Me inspira Abraham Lincoln, a quien ciertamente podemos criticar como político (y alabar también) cuando dice que todos abogamos por la libertad; pero al usar la misma palabra no todos queremos decir lo mismo. 

Les comparto esta foto que encontre. Dice "Happy Easter!". ¡Se que estamos en Navidad, pero creo ilumina muy bien el mensaje que quiero transmitir!