Tuesday, March 24, 2020

Cuando el cine...

  El otro dia vi la primera temporada de serie. Evitare nombrarla, así no hay spoilers. Me toco mucho una escena en la cual un militar va a matar a un niño. Sucede que el padre del niño le hizo daño a la mamá del militar. Esa es su venganza.

El niño implora por su vida con todas sus fuerzas. Al final, cuando se da cuenta de que cualquier esfuerzo será inútil, empieza a confesar su fe. Es musulmán. Sus últimas palabras antes de morir expresaron, con convicción, que cree en Dios y que Mahoma es su profeta. 

Reitero que me tocó mucho ese momento. Me pareció, en cierto sentido, sublime y algo etéreo. A veces me adentro mucho en lo que leo, lo que veo en la pantalla y en el teatro. Aproveche la oportunidad para preguntarme:¿Qué haría yo en ese momento?. 

Me imagine en la posición del niño. Me resulta difícil verme en la posición del militar. Tengo la firme y sincera convicción de que las personas no heredan las deudas de sus antepasados, que es por sus propias faltas que deben responder. Con eso no quiero debatir los méritos de la teología agustiniana, simplemente entiendo que si mi papá hizo algo indebido, yo no tengo ninguna culpa por el simple hecho de venir de su semilla. Creo en el mérito de la epigenética, pero también creo que tenemos libre albedrío o voluntad. Creo que somos responsables de nuestras acciones, independientemente de las reales y tangibles condicionantes que nos tocan. Aunque claro, la conciencia cuenta. Hay quienes hacen lo malo pensando que es lo bueno. Tengo la honesta noción de que hay un padre que nos ama en el cielo y tiene un plan individual para cada una de nuestras vidas. 

Volviendo al punto que quería tocar, me imagine en la posición del niño. Me imagine a alguien apuntando una pistola hacia mi cabeza. Sospecho que, tal vez, vivir esa horrorosa experiencia en persona puede ser diferente. Más ayer, mientras vivía esa escena en mi mente, alcance a decir algo así como la sección del credo Nicaeno o de los Apóstoles que trata a la persona de Jesús. 

Con ese ejercicio terminado, de inmediato me pregunté qué había hecho realmente. Entendí que, de estar a segundos de partir de este plano y encontrarme con Dios, haría lo que me enseñaron que estaba bien hacer. Cuando pequeño, una tía evangélica pentecostal me enseño que para ir al cielo bastaba con hacer una oración que en la teología conocemos como “la oración del pecador”. Hay diferentes variantes, la que me fue dada incluye confesiones de Jesús como señor, como salvador y una invitación a que entre en mi corazón. Hay quienes entienden que confesar a Jesús como señor es innecesario, en virtud de esto ser una buena obra fruto de la santificación que sucede a la justificación. Hay quienes critican el fenómeno de la oración en sí, no todos los protestantes la emplean en su trabajo evangelístico. 

Recuerdo hace algunos años un viaje de avión que vino después de sucesos difíciles en mi vida. Sucesos que, no obstante, se colocan junto a mi re-exploración de la fe cristiana en una línea de tiempo de mi vida. Recuerdo ese viaje. Lucia a todas luces normal hasta que en una el avión da un bajón violento. Si mal no recuerdo, agache mi cabeza y hice la oración que me habían enseñado. Tal vez con modificaciones en vista de que era una rededicación, no creo que las palabras sean lo importante. Creo que lo importante es la intención. Creo que sin dudas fue un momento de intimidad con el dios cristiano. Dios que he concebido como el papá de Jesús, como el dios de mis antepasados judíos y como mi padre celestial y eterno. Comenté lo sucedido con mi papa. Me divertí diciendo que el piloto era cristiano y quería que los pasajeros con cuentas pendientes ante Dios las saldase. 

Hay un dicho que me ha influido: el teólogo occidental habla sobre Dios y el teólogo oriental conoce a Dios. Verdaderamente, creo que es posible que algunas personas sobrevaloren el rol que tener las “ideas correctas” sobre lo divino puedan tener en que Dios nos vea con buenos ojos. Por eso, consideré que más allá de confesar una idea ortodoxa sobre quién fue Jesús, lo importante fue mi intención. ¿Y cual fue mi intención? Tras suponerme a segundos de un reencuentro con Dios mediante el pase de planos, en esa meditación, hice lo que con todo mi ser y en el fondo más profundo de mi ser era lo debido, lo correcto, lo que estaba bien: confesar una idea ortodoxa de la persona de Cristo. Mas, me pregunto: ¿fue la confesión de un teología ortodoxa lo importante? ¿O fue lo importante que pudiendo escoger hacer lo que a mi entender sincero en ese momento estaba mal, escogí hacer lo que entendía era bueno? Me atrevo a decir, medio en broma, que tal vez lo importante era el deseo sincero de tener una teología ortodoxa. 

Entiendo que la Iglesia Católica ha emitido documentos desde las más altas esferas sobre el tema, al tratar la salvación de los no católicos. Creo que es una cuestión que todas las religiones tratan: ¿Qué será de los que no piensen igual que nosotros?. El cristianismo, después de todo, no es la religión más vieja o más grande. Creo que eso nos llama a la tolerancia. 

Me viene a la mente una página católica que visite cuando exploraba si había más verdad en el catolicismo romano o en el protestantismo. Esa pagina tenia un enlace que rezaba algo así como “como ir al cielo después de morir”. Me llamó mucho la atención porque el evangélicalismo daba respuestas sencillas a esta pregunta tan importante. Me gustó lo que vi ahí. Responden que para ser salvados hay que permitir que Jesús nos llene de su amor. 

Creo que la conciencia es importante y tener la conciencia tranquila un bien invaluable. Creo que es vital esto. 400 años antes de la llegada de Cristo, ya Sócrates nos decía que “una vida sin examinar no vale la pena vivir”. Yo me he encontrado muy útil el preguntarme qué haría, que sentía y qué diría de encontrarme al frente de un Dios bueno, justo y todopoderoso. Recomiendo este ejercicio. Creo que, mediante el, revaloro mis prioridades, combato la dejadez y autoanalizo mi coherencia. Mis mejores deseos. Bendiciones en abundancia. Gracias mil.

No comments:

Post a Comment