Wednesday, September 17, 2025

Barco sin timón

 Barco sin timón


    ¡Pueblo dominicano! Es mi impresión hoy nuestra República navega como un barco sin timón, perdido en mares de corrupción, clientelismo y abandono. La patria clama por rumbo, clama por justicia, y sin embargo nos encontramos con un gobierno sin fuerza, hasta nuevo aviso, para impulsar la voluntad del pueblo, subordinada a la legalidad democrática, mientras mañosos dictan la agenda y cooptan los poderes de un estado que hace añicos el respeto al poder popular.  ¡Eso no es democracia, eso es imposición!


    La cooptación mediática del judicial ha convertido la justicia en un espectáculo, en un teatro de poder donde los intereses de la élite extractivista y rentista, apátrida,  se imponen sobre los derechos del pueblo. Mientras tanto, nuestras escuelas forman ciudadanos sin criterio, y el coeficiente intelectual promedio en la educación nos señala la urgencia de una revolución educativa. 


    No se trata solo de títulos: se trata de formar hombres y mujeres de verdad, con conciencia, con técnica y con corazón para servir a la patria. La sobreoferta de abogados hace un mes en el periódico, y esta semana la escasez de profesionales competentes en el Poder Judicial que aparece en los mismos diarios, lo confirma: nuestra juventud tiene que ser protagonista, no decorado del sistema.


    Se habla de paz social y de derechos: derechos individuales y colectivos… ¡Pero el pueblo sigue esperando! Los derechos medioambientales, para dar un solo ejemplo, son papel mojado si la debilidad institucional permite que los intereses privados espurios sigan dominando. El clientelismo mata la dignidad, y la debilidad institucional lo perpetúa. Es un círculo vicioso que solo puede romperse con conciencia y movilización del pueblo.


    ¿Y cómo se rompe este círculo? Con contrapesos de verdad, con poder mediático al servicio del pueblo, con movilización ciudadana organizada, con unidad, compromiso y dialogo. No podemos esperar que los de arriba actúen solos: el pueblo tiene que tomar las riendas, exigir justicia, exigir rumbo. La clase media puede ser una fuerza, sí, siempre que deje atrás la dependencia del clientelismo y se arraigue en la producción, en la industria, en el trabajo honesto. ¡Porque solo un pueblo consciente puede guiar la nave!


    Como maestro, recuerdo lo que un colega costarricense señaló hace poco en una actividad en FLACSO RD (no puedo dejar de hacer mención de las deliciosas tarte aux fruit de la passion que degustamos tras la misma): la coordinación es fundamental. Para fumigar un liceo público, para que una escuela funcione, no bastan órdenes aisladas: deben coordinarse Educación, Obras Públicas, Salud y Medio Ambiente. ¡Eso es organización, eso es disciplina, eso es servir al pueblo! Si cada institución actúa por su lado, el barco sigue a la deriva.


    El pueblo dominicano no puede seguir como barco sin timón. Solo la unión, la conciencia, la organización y la justicia social pueden devolverle rumbo a la patria. Necesitamos un proyecto que ponga fin al clientelismo, que fortalezca la educación, que defienda los derechos de todos y todas, y que ponga al poder al servicio del pueblo, no de las élites sin conciencia que solo buscan ensanchar sus arcas aunque le den matarile al ambiente, a la familia y todas nuestras instituciones con las que aun no han podido, como la iglesia consciente del mensaje de Cristo: ama a Dios sobre todas las cosas, y al prójimos como a uno mismo. ¡Si el pueblo se levanta, si el pueblo se organiza, el barco encontrará su timón y navegará hacia un futuro digno, justo y soberano!


Posdata: un taxista me comentó que cree que todavía aplicaciones como las que usan los “socios conductores” de Uber/Didi oficiales, así como Waze/Maps aun no han sido actualizadas para reflejar nuestras nuevas normas de transito, ¡favor corregir, de ser necesario!




Me vino a la mente mientras escribía, previo a publicar, el gusano de seda dominicano. Representa muchas cosas, pero en especifico me recuerda la frase del Demetrio Joaquin Balaguer: "Este es un país rico, pobremente gobernado". 

"Con 1 hectárea, un productor dominicano podría generar ~$13,500 USD netos anuales solo con hilo de seda. Sumando productos artesanales y turismo, el ingreso podría superar los $20,000 USD anuales por hectárea. Es un modelo económico escalable, sostenible y adaptable a microemprendimientos familiares o comunitarios, con bajo impacto ambiental". 


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