Sociedad en tensión: la crisis terminal que nos atraviesa.
“No me afecta directamente, pero sí al otro le duele, entonces también me duele a mí. Así es vivir en un país en crisis: un peso invisible que se comparte aunque nadie lo quiera. No queremos hordas invadiendo comunidades cerradas, pero la vida insiste en demostrar que nada está completamente a salvo.
Año 2020. Compraba café Líder para ahorrar unos pesos. Le daba gracias a Dios que aquel café, ni bueno ni malo, “na’ ma’ e’ un quitasueño”, me parecía un regalo a 150 pesos la libra. Hoy, el café del supermercado —el que asumo categoría ripio en vez de pasilla— cuesta el doble y tiene hasta cáscaras dentro.
El helado también subió. Antes, todo era más barato y podía darme el gusto de un Ben & Jerry’s importado sin culpa. Hoy, el helado importado no ha subido tanto, pero todo lo demás es tan caro que los cuartos no rinden. Me he limitado a congelar crema enlatada y leche, y hacer malteadas en la licuadora. Un pequeño consuelo, un gesto de resistencia.
Vivir así es aprender a medir cada gusto, cada lujo, cada instante. Es llevar en el pecho ese peso invisible que, aunque no nos toque directamente, nos acompaña, nos define y nos recuerda que la crisis no solo es económica: es cotidiana, compartida, inevitable”-Testimonio de un dominicano, 15 de septiembre del año en curso.
Veo la realidad del acontecer nacional, y constato algunos datos: inflación alta, con algunas personas reportando que una compra de supermercado normal amerita hoy mil pesos dominicanos más “por cabeza” con los salarios estancados para los que tienen empleos estables, con la agravante de que la crisis afecta desproporcionadmente a algunos sectores más que a otros lo cual afecta la cohesión en el tejido social.
Una simple búsqueda en News.Google.com. ASOFADE reporta más de dos mil dominicanos desaparecidos en los últimos tres años. La crisis eléctrica unida al déficit fiscal y una deuda creciente cada vez más, junto a un gobierno que hasta nuevo aviso ha mostrado incapacidad para un ajuste y una reforma del fisco, parece que hasta a las élites ha dividido vista la reciente escisión en el seno de un muy importante gremio patronal en Santiago de los Caballeros. Denuncias de dinero desaparecido en bancos criollos unidos a “productos financieros” en divisas con altísimas -al nivel de lo inverosímil- tasas de intereses me hace sospechar pérdida de confianza y un comportamiento anómalo de los capitales en solio criollo. Hay mas…
Esto no ha pasado desapercibido. Veo “reuniones consultativas” con el FMI y relevo del personal del Banco Mundial en el país. Por igual, reitero que no creo que esto pase a mayores por elementos como esos: un país puede tener crisis severa para la población, pero mientras ciertos sectores económicos y legales se mantengan lo suficientemente atractivos para inversionistas extranjeros, el U.S. Department of State seguira emitiendo declaraciones tales como: “El clima de inversiones ha mejorado (sept.2025)”.
Esto me indica que los poderes facticos comparten mi opinión de que, aunque la cosa se le ha salido de control al presidente de turno, a la sociedad dominicana como un todo parece que no todavía. Y es que no son ajenos los poderes facticos a lo que sabemos todos los dominicanos. Esto es, en lingua franca, que:“la cosa ‘ta dura porque la calle ‘ta floja”.
Pero creo que no han pasado desapercibido muchos llamados, como los del comunicador Dr: Julio Hazim, que comparto: quizas es bueno que el Presidente renuncie, y le ceda “la batuta” a la Vicepresidente Peña o convoque a unos nuevos comicios en tiempo prudente.
“Quien te puso, te quita” es una frase universal en la política que, no es una verdad absoluta, más me parece la más útil herramienta de análisis en la política para casos como estos: el acontecer nacional contemporáneo. Balaguer: contaba con apoyo norteamericano, militar, empresarial y no dejaba de haber sectores afines quizas más al oficialismo que a Balaguer.
Pero, en la clase media urbana, vemos algo más delicado en cuanto al espectro de simpatía hacia la figura del Presidente Balaguer. Es por eso que en 1978, el PRD obtuvo una victoria. Pero, 8 años más tarde, en total desencanto, Balaguer ganó limpiamente y retornó al poder.
¿Porqué? Es volátil la clase media. En especial la dominicana. Tiene más aspiraciones que posibilidades y por eso creo que es tan propensa al disgusto de la frustración relativa: “que la cosa mejoró, pero yo quería mucho más, entonces déjame enchichar y fuñir”.
Dicho segmento, esas capas y sectores sociales para los cuales empleamos el constructo que es la “realidad imaginada intersubjetiva” al cual le damos el apelativo de “la clase media” es, en cuanto a su fidelidad política, muy volátil. Parece que es más lo que le disgusta que lo que le gusta: para mucha gente, parece que lo mejor del balaguerismo es que no era el perredeísmo.
Leonel Fernandez SE llegó al poder de la mano de Balaguer y, vuelvo y reitero: quien te puso, te quita. Pero entonces, los que quitaron a Leonel para poner a Hipólito Mejía SE, parece que “echaron pa’ tras”: el balaguerismo y la clase media volvieron a apoyar al PLD devenido en un partido más tradicional.
Bien reñida las elecciones del 2012 y la escisión del perredeísmo del 2016 arrojaron la permanencia del poder del peledeísmo en el Ejecutivo, con el “celaje” de “no confianza” que fue la toma del cabildo capitaleño por el entonces Alcalde Honorable David Collado V.
2020: vemos una clara victoria del PRM que prometió justicia imparcial, más dignidad, adecentamiento de la cosa pública. Y lo dejo ahí, porque los que están leyendo ya saben que pasó después. Sin embargo, no olvidemos el rol de la clase media urbana. Quien te puso te quita, y veo “comportamiento inusual en detrimento del oficialismo actual” por parte de las personas que operaron para poner a Abinader y/o quitar a Danilo SE (que no es lo mismo, existe también el voto castigo y los “chismes” a lo interno de la estructura peledeísta han sido objeto hasta de estudios académicos como los del Dr. Lozano).
Hay una salvedad, creo que estamos frente a una crisis terminal. ¿Porqué? Quien sea que sea el incumbente del actual mandatario va a tener que refundar el pacto social consuetudinario o, cuando sea que llegue, si por igual demuestra incapacidad o renuencia de cualquier índole, en este país tan maniqueísta (he dicho que para vivir en este país hay que saber que hay gente “chipea” si no entiende algo en menos de cinco minutos), e’ pa’ fuera que va.
Vivimos una crisis terminal que nos afecta a todos; la capacidad de los sectores de poder y la volatilidad de la clase media condicionan el curso político del país. Hay que realizar reformas profundas y dolorosas (fiscal, eléctrica, institucional) en un tiempo récord y con una población hastiada.
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