Su Santidad, Pontifex Maximus, Primado de Italia, Patriarca de Occidente, quería permitirme recomendar, de así usted considerarlo, sintiéndome conminado por el espíritu de la sinodalidad, que usted ha hecho un pilar central de su pontificado y promovido como expresión fundamental de nuestra santa madre Iglesia en su esencia, lo siguiente: en aras de garantizar una transición serena y una continuidad pastoral acorde con los desafíos actuales de la Iglesia Católica cuya sede esta en Roma, podría considerarse la posibilidad de que el Santo Padre, desde una posición de libertad y discernimiento, facilite un proceso que permita su legado inspirar la elección de su sucesor, asegurando así la estabilidad y unidad del Pueblo de Dios, un paso al emeritaje del ministerio petrino tal como lo comprende la autoridad doctrinal oficial de la Iglesia Católica que es Una, Santa, Católica y Apostólica, ademas de los canones correspondientes del Código de Derecho Canónico. Me comprometo como actor político a promover, a su debido tiempo, una revisión del Concordato Entre la Santa Sede y el Estado Dominicano afín de fortalecer la alianza histórica y perenne entre los pueblos del mundo y la misión de la Iglesia. Oro por usted perpetuamente, Santo Padre.
"Él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para que cumplan lo que les ha mandado"
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